CRÍTICA» ROCK

Impresionante

Molotov Roxy Club. Valencia, 13 de mayo de 1998.El cuarteto mexicano se declara apolítico, pero el lenguaje explícito que abunda en sus textos, su valentía al retratar el escenario social y político de su país ("Hay que arrancar el problema de raíz/ cambiar al gobierno de nuestro país", dicen en su tema, Gimme tha power, más popular) o la escandalosa portada de su debú ¿Dónde jugarán las niñas? se han traducido en críticas durísimas por parte de la prensa conservadora, problemas de censura y multitud de conciertos suspendidos. Motivos más que suficientes para despertar la curiosidad de los af...

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Molotov Roxy Club. Valencia, 13 de mayo de 1998.El cuarteto mexicano se declara apolítico, pero el lenguaje explícito que abunda en sus textos, su valentía al retratar el escenario social y político de su país ("Hay que arrancar el problema de raíz/ cambiar al gobierno de nuestro país", dicen en su tema, Gimme tha power, más popular) o la escandalosa portada de su debú ¿Dónde jugarán las niñas? se han traducido en críticas durísimas por parte de la prensa conservadora, problemas de censura y multitud de conciertos suspendidos. Motivos más que suficientes para despertar la curiosidad de los aficionados por el fenómeno Molotov, que ha protagonizado impresionantes llenazos (el primero en el Festimad) en su actual gira española. Valencia no podía ser menos y, de hecho, fueron muchos quienes no pudieron acceder a una sala absolutamente abarrotada. No hace falta comentar que los asistentes conocían al dedillo cada canción del grupo (y lo demostraron) ni, por supuesto, dudar de la entrega de un público que disfrutó a lo grande y concluyó el resumen del espectáculo con una simple palabra: "Impresionante". En lo musical, Molotov son sólo un cruce entre Red hot chili peppers, Rage against the machine y Beastie boys (es decir, rapeados roncos y contundentes vertidos sobre un hercúleo fondo sonoro que mezcla sin reparos estilos como el funk, el hardcore o el metal), pero su actitud, su acierto al elaborar unas cuantas melodías (con algún tinte pop) que descollan sobre el resto y su atípica formación (dos bajos, guitarra y batería) que subraya poderosamente el armazón rítmico, los desmarcan unos centímetros del abultado pelotón de clones de los nombres mencionados anteriormente. No es poco.

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