La hija de dos profesores de Sabadell

Desde hacía nueve meses los ciudadanos de Sabadell tenían una cita el día 7 de cada mes -un 7 de agosto fue el día en el que desapareció Llum Valls-. En la última concentración, más de 1.000 personas se lanzaron a la calle con la esperanza de que el mensaje Llum Valls llegara a su destinataria. Las manifestaciones siempre las encabezaban los padres, Josep Valls, de 46 años, y Montserrat Torruella, de 45. Ambos son profesores de dos centros de Sabadell. El padre es profesor de la Escuela Ribatallada, su esposa lo es de la Riu Sec. La hermana de Llum, dos años más joven, también acudía a las co...

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Desde hacía nueve meses los ciudadanos de Sabadell tenían una cita el día 7 de cada mes -un 7 de agosto fue el día en el que desapareció Llum Valls-. En la última concentración, más de 1.000 personas se lanzaron a la calle con la esperanza de que el mensaje Llum Valls llegara a su destinataria. Las manifestaciones siempre las encabezaban los padres, Josep Valls, de 46 años, y Montserrat Torruella, de 45. Ambos son profesores de dos centros de Sabadell. El padre es profesor de la Escuela Ribatallada, su esposa lo es de la Riu Sec. La hermana de Llum, dos años más joven, también acudía a las concentraciones -nueve- durante los nueve meses que han pasado desde que desapareció. La lucha y tenacidad de los padres ha sido, según todos quienes los conocían, "fuera de lo común y admirable". Nunca se han rendido, como tampoco lo han hecho los amigos de Llum y sus compañeros del instituto Escola Industrial. El grupo Solidaritat amb Llum lanzó mensajes por Internet, repartió carteles por toda España y parte de Europa. Los padres peregrinaron de emisora en emisora, de televisión en televisión con la foto y el caso de su hija. Los padres y los amigos de Llum emitieron miles de postales con la cara de la joven y tenían un símbolo: un lazo de color verde, el color de la esperanza. Aun ahora, cuando todo parece indicar que los restos hallados son los de la joven, los padres siguen confiando en que las pruebas del ADN confirmen lo contrario. "Hasta que el médico forense no tenga los resultados, seguirán creyendo que su hija puede estar viva", afirma el abogado de la familia, Eugeni Sánchez.

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