Tribuna:

"Jivi"

Señor Álvarez del Manzano:Me llamo Óscar. Tengo 22 años. Hace dos días me teñí el pelo de color naranja. Me encanta provocar a los mayores, pero lo del color naranja es sólo para llamar la atención de la chica a la que quiero. Voy dando el cante por la calle, pero la chica se me ha rendido. Soy estudiante de Políticas, hijo de familia respetable que le vota a usted. Vaya eso por delante para que se haga una idea de mi talante asilvestrado y montaraz, pero tierno, aunque galván, señor Manzano.

Usted y yo tenemos poco que decirnos. Pero yo soy abstracto y trago con la autoridad establecid...

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Señor Álvarez del Manzano:Me llamo Óscar. Tengo 22 años. Hace dos días me teñí el pelo de color naranja. Me encanta provocar a los mayores, pero lo del color naranja es sólo para llamar la atención de la chica a la que quiero. Voy dando el cante por la calle, pero la chica se me ha rendido. Soy estudiante de Políticas, hijo de familia respetable que le vota a usted. Vaya eso por delante para que se haga una idea de mi talante asilvestrado y montaraz, pero tierno, aunque galván, señor Manzano.

Usted y yo tenemos poco que decirnos. Pero yo soy abstracto y trago con la autoridad establecida. Mis padres, muy a su pesar, me enseñaron el arte secreto del cinismo. Estoy enterado de que a usted le gusta el chotis, o eso al menos parece. Yo voy por otros derroteros líricos. Mis hermanos mayores me enseñaron a respetar a Las Vulpes, La Polla Récords, Siniestro Total, Tarzán y su Puta Madre Buscan Piso en Alcobendas, Extremoduro y, sobre todo, Albert Pla, que nos pone como motos a mí y a mis colegas. En definitiva, señor alcalde, yo soy jivi. Pero no se equivoque conmigo: hago versos y mi maestro es Rimbaud. ¿Vale?

Le escribo esta carta porque compruebo que su equipo de Gobierno nos trata con desdén a los jivis. A mi temprana edad, puedo ser imberbe, pero no tonto. Permítame que le diga una cosa: ustedes desprecian a los viejos y a los jivis. A los viejos les engatusan con falacias electoralistas; a nosotros no nos engatusan porque lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Pero no estamos cerrados al diálogo, siempre que ustedes nos consulten. Al fin y al cabo (cómaselo con patatas), nosotros somos el mañana y el futuro pluscuamperfecto.

Todo lo anterior lo manifiesta porque a nosotros y a los viejos nos tratan ustedes en las fiestas de San Isidro como si fuéramos gilipollas. Se lo advierto: Los viejos y los jivis andamos en negociaciones. Consideraríamos un gesto de buena voluntad que usted se tiñera el pelo y se pusiera un pendiente. ¿Vale?

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