Amigas del olvido

La muerte de las prostitutas tiene un amigo en el olvido. Pocos casos de asesinato son los que llegan a la luz de los tribunales y menos los que descubren sus soterrados entresijos. En Madrid, al menos cuatro casos siguen sin resolver.La estrella "porno". Valerie. Francesa. 30.000. Éste era el anuncio con el que Olide Joselyne Blandy, de 32 años, se presentaba ante sus clientes. Licenciada en Letras, Olide era una experta que llegó a protagonizar una película porno. En la capital atendía a sus clientes en un apartamento (70.000 pesetas al mes) de la calle de Viriato. Allí fue hallada el...

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La muerte de las prostitutas tiene un amigo en el olvido. Pocos casos de asesinato son los que llegan a la luz de los tribunales y menos los que descubren sus soterrados entresijos. En Madrid, al menos cuatro casos siguen sin resolver.La estrella "porno". Valerie. Francesa. 30.000. Éste era el anuncio con el que Olide Joselyne Blandy, de 32 años, se presentaba ante sus clientes. Licenciada en Letras, Olide era una experta que llegó a protagonizar una película porno. En la capital atendía a sus clientes en un apartamento (70.000 pesetas al mes) de la calle de Viriato. Allí fue hallada el 7 de noviembre de 1995 con cinco puñaladas. El criminal, antes de matar, se tomó un whisky; después huyó con el dinero de Olide. Aún no ha sido detenido.

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La madre apaleada.El caso de Araceli Guillén Burón, de 40 años, asesinada a palos en la estación de Antón Martín, llegó a darse por esclarecido. La policía detuvo a su proxeneta y un compinche y les acusó de haberla matado la noche del 8 de enero de 1996. El juez, sin embargo, los dejó en libertad. El caso de Araceli, madre de cuatro hijos y prostituta desde hacía 15 años, volvió a la oscuridad. Y allí sigue. Tirada del coche. La madrugada del 26 de abril de 1996, Margarita García Pedraza, de 34 años, fue arrojada desde un coche a la calle de Agustín Betancourt. Estrangulada, su único atuendo era una bota calzada y un jersey subido. La mujer, adicta a la heroína, se prostituía en Capitán Haya. La policía barajó la hipótesis de un ajuste de cuentas. Poco más.

Al dictado de la heroína. Aquejada de una enfermedad infecciosa, Rosario O.I., de 32 años, vivía al dictado de la heroína hasta que el 12 de diciembre de 1995 su cuerpo fue hallado junto al vertedero de Valdemingómez: estrangulado y semidesnudo. En la N-III, donde se prostituía, pocos se acordaban de ella. Era amiga del olvido.

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