PRIMARIAS SOCIALISTAS

Borrell pide que se escoja al candidato que gane La Moncloa más rápido

José Borrell se presentó ayer ante unos 700 militantes y simpatizantes de la Federación Socialista Madrileña como un aspirante a la presidencia del Gobierno radical en la defensa del Estado de bienestar y de la solidaridad entre las regiones españolas. Consciente de los temores que pueden influir en el sentido de voto de los militantes, ante la hipótesis de una dimisión de Joaquín Almunia como secretario general del PSOE si es derrotado, les pidió que no teman una crisis que no se va a producir y les invitó a escoger al candidato que pueda llegar más recto a La Moncloa.

El perfil que of...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

José Borrell se presentó ayer ante unos 700 militantes y simpatizantes de la Federación Socialista Madrileña como un aspirante a la presidencia del Gobierno radical en la defensa del Estado de bienestar y de la solidaridad entre las regiones españolas. Consciente de los temores que pueden influir en el sentido de voto de los militantes, ante la hipótesis de una dimisión de Joaquín Almunia como secretario general del PSOE si es derrotado, les pidió que no teman una crisis que no se va a producir y les invitó a escoger al candidato que pueda llegar más recto a La Moncloa.

El perfil que ofrece de sí mismo se completa con el hecho de que reprocha al jefe del Gobierno del PP, José María Aznar, la intolerancia que desprende, la desigualdad que está fomentando su carencia de un proyecto y de un modelo para España, y el triste papel que está haciendo desempeñar a nuestro país en la política internacional.Pocos minutos antes se había entrevistado con los líderes de CC OO y de UGT, Antonio Gutiérrez y Cándido Méndez, para simbolizar el respeto que, según él, un gobernante de centro izquierda debe mantener con los sindicatos.

Cuando llegó al salón del hotel Chamartín, oyó por primera vez en estos días de campaña gritos de "presidente, presidente". No fue un clamor, aunque sí una expresión de apoyo en un público que desbordaba el mismo salón donde en septiembre de 1990 un grupo de notables dirigentes del Partido Socialista Obrero Español, entre ellos él mismo, dieron un aldabonazo en favor de la renovación para terminar con la hegemonía del guerrismo en el aparato del partido.

Eso sí, en esta ocasión no estuvieron ni Joaquín Almunia ni el actual secretario general de la OTAN, Javier Solana, ni el ex pre sidente de la Comunidad Autónoma de Madrid Joaquín Leguina, ni el ex ministro José María Maravall.

En cambio ayer estuvo y en primera fila, el presidente del PSOE, Ramón Rubial. Borrell resaltó que a veces los ciudadanos no ven el discurso y las alternativas de los socialistas suficientemente diferenciadas de las de la derecha.

El coraje de Almunia

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sin utilizar términos agresivos para el actual núcleo dirigente del PSOE, constató que los socialistas han estado un poco decaídos y con una oposición que ha resultado un tanto aburrida si bien estas elecciones primarias han vuelto a colocar al partido en el centro de la vida política. "Y además, estas elecciones las va a ganar el PSOE", añadió haciendo un gesto de patriotismo de partido.

El ex ministro catalán elogió el "coraje democrático" de Almunia por someterse a esta consulta de las bases pero reclamó que desde el entorno del secretario general no se utilicen expresiones con doblez ni mensajes subliminales que por elogiar a Joaquín Almunia implican una atribución de defectos o de desviaciones hacia el otro aspirante a candidato a la presidencia del Gobierno.

Para salir al paso del favorable tratamiento informativo que le está dando El Mundo, Borrell pidió al director de ese diario, Pedro J. Ramírez -al que calificó de "profundo amoral"- que se abstenga de apoyarle. "Sus adulaciones son caramelos envenenados que vienen envueltos en la piel que arrancó a los socialistas, y entre ellos a mí, cuando estábamos en el Gobierno", argumentó.

Lamentó, con un juego de palabras que regocijó al público, que la intimidad de Ramírez haya sido violada, porque debe ser respetado el derecho de todos los ciudadanos a su intimidad, incluso en el caso de aquellos que, como el director de El Mundo, se han entrometido en la intimidad ajena. Borrell, que dio argumentos a quienes le escuchaban para desmontar las acusaciones que se vierten sobre él de vanidoso, personalista, izquierdista peligroso y centralista, escogió los términos más enérgicos. de su discurso para dirigirlos contra Aznar. Le acusó de carecer de un modelo de Estado para España, hasta el punto de que su comportamiento es el de "una compra y venta de votos [con sus socios nacionalistas] para mantenerse en el poder.

Los gestos de la ministra

Le reprochó que esté dando marcha atrás en el camino de la igualdad emprendido por los socialistas y, en concreto, de estar poniendo bombas en los cimientos financieros de la Seguridad Social."España ya no está en el mundo como la puso Felipe González. A los comisarios europeos no les impresionan los gestos a lo Agustina de Aragón", ironizó a cuenta de la ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, y lamentó que al presidente del Gobierno de España le hayan pasado por la izquierda hasta el Papa, Juan Pablo II, y el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, respecto a Cuba.

Borrell pidió a los militantes del PSOE que no tenga miedo a los resultados de estas elecciones primarias. Argumentó que en ellas la secretaría general del partido no está de ningún modo en cuestión y les invitó a que pregunten cada uno a su entorno social quién es el candidato que ellos votarían en unas elecciones legislativas para presidente del Gobierno.

Archivado En