FÚTBOL 31ª JORNADA DE LIGA

El Deportivo oxigena al Espanyol

Esnáider y Pralija plasman la superioridad de los de Camacho

Un penalti inaudito y un contraataque que coronó con un remate primoroso Pralija abatieron al Deportivo y llevaron la distensión a Montjuïc. Y la absurda guerra fría que se vivía en el Espanyol se disipó Con el remedio que todo lo cura: una victoria y una perceptible mejoría en el juego. El Deportivo, sin una referencia que lo afirme en su torre de Babel futbolística, fue la mejor medicina que podía recetarse el Espanyol.Medio partido se redujo a atacar o defender a Rufai. Sólo hubo batalla en la parcela del Deportivo y Toni sólo hizo acto de presencia testimonial. Camacho, después de la golea...

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Un penalti inaudito y un contraataque que coronó con un remate primoroso Pralija abatieron al Deportivo y llevaron la distensión a Montjuïc. Y la absurda guerra fría que se vivía en el Espanyol se disipó Con el remedio que todo lo cura: una victoria y una perceptible mejoría en el juego. El Deportivo, sin una referencia que lo afirme en su torre de Babel futbolística, fue la mejor medicina que podía recetarse el Espanyol.Medio partido se redujo a atacar o defender a Rufai. Sólo hubo batalla en la parcela del Deportivo y Toni sólo hizo acto de presencia testimonial. Camacho, después de la goleada que encajó su equipo hace dos semanas ante la Real, introdujo cambios a los que no es adicto. Pero la entrada de Pralija y Quique Martín en los carriles que venían ocupando Roberto y Arteaga han reactivado el fútbol ofensivo del Espanyol. Quique Martín abrió ayer el campo y desde la cal de la banda izquierda sacó cuatro o cinco centros que alimentaron a Esnáider. El delantero argentino falló dos veces (m. 13 y m. 15) y, no pudo evitar el placaje de Rufai en otra ocasión (m. 37), siempre previo centro de Quique Martín. Aún así Esnáider mejoró, si no en el remate, sí en su capacidad para retrasarse y enviar buenos servicios, entre otros, el que permitió que Pralija marcara gracias a la calidad técnica con la que se desenvuelve por la banda derecha.

El partido se revolucionó con un par de decisiones arbitrales desconcertantes. Rodríguez Martel señaló un penalti en uno de esos leves forcejeos que tanto proliferan impunemente en las áreas. Y seis minutos después de que lo transformara, el Espanyol se dio de bruces con el desconcierto que produce el raro criterio con el que árbitros como el de ayer juzgan acciones tan claras. Fue un centro desde la izquierda de Es náider que dejó servido el mano a mano entre Ouédec y Rufai. Cuando el francés encaró puerta, el portero nigueriano lo placó con una pierna a media altura. Rodríguez Martel ni señaló el penalti de libro ni expulsó a Rufai.

Fuera como fuera todo pasaba en el área de un Deportivo que salió encogido, resignado a soportar el chaparrón. Notó mucho las bajas y retrasar a Flavio al lateral izquierdo le restó fluidez y llegada. Mauro Silva se quedó muy estático y Bassir y Abreu no dieron señal de vida.

Ni siquiera después de encajar el primer tanto reaccionó el Deportivo. Lo hizo mucho después, ya en la segunda parte, gracias a la entrada en la de David, pero con una lentitud exasperante en sus triangulaciones. Y el Espanyol no perdonó al contrataque.

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