Las grandes potencias proponen a González como mediador en Kosovo

Los ministros de Relaciones Exteriores de las principales potencias del mundo, reunidos ayer Londres, propusieron formalmente al ex presiente Felipe González que actúe como mediador en Yugoslavia con un mandato específico para resolver el grave conflicto surgido en la región de Kosovo, foco potencial de un nuevo estallido bélico en los Balcanes. González contestó que está dispuesto a desempeñar ese papel, pero que el inicio de su misión está sólo pendiente de la aceptación oficial del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic.

"Sin la aceptación de las autoridades yugoslavas no hay misió...

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Los ministros de Relaciones Exteriores de las principales potencias del mundo, reunidos ayer Londres, propusieron formalmente al ex presiente Felipe González que actúe como mediador en Yugoslavia con un mandato específico para resolver el grave conflicto surgido en la región de Kosovo, foco potencial de un nuevo estallido bélico en los Balcanes. González contestó que está dispuesto a desempeñar ese papel, pero que el inicio de su misión está sólo pendiente de la aceptación oficial del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic.

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"Sin la aceptación de las autoridades yugoslavas no hay misión", dijo en México el anterior jefe del Gobierno español. Si la mediación de Felipe González llega a ponerse en marcha, España copará las dos misiones de paz en el territorio de la antigua Yugoslavia, ya que Carlos Westendorp, el último ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno socialista, cumple ya las funciones de mediador internacional en Bosnia. La reunión de los ministros del Grupo de Contacto (Estados Unidos, Rusia, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) acordó también medidas de presión sobre Milosevic, incluida la solicitud a las Naciones Unidas de un embargo total de armas y la congelación de los fondos del Gobierno yugoslavo en el exterior, a menos que Milosevic acepte una solución negociada en Kosovo antes del 25 de marzo. En esa fecha volverán a reunirse los ministros de los seis grandes para analizar de nuevo la situación. Rusia, tradicional aliado de los serbios, puso objeciones a las medidas de presión contra Milosevic y, de hecho, no apoyará las que supongan cargas económicas contra Yugoslavia.

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