Un hombre trató de abrir en pleno vuelo la puerta de un avión

Un hombre intentó, el pasado 26 de febrero, lanzarse en pleno vuelo desde el avión en el que viajaba rumbo a Santiago de Chile. El suicidio fue evitado por un oficial y dos agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Madrid (y otros tantos de Toledo) que custodiaban a dos chilenos expulsados de España. Los hechos ocurrieron cuando al avión, que había despegado a la 1.30 de Barajas, ya llevaba nueve horas de vuelo (le faltaban cinco para llegar a su destino). Dos policías que cubrían su turno de vigilancia vieron correr por el pasillo a un hombre desnudo y ensangrenta...

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Un hombre intentó, el pasado 26 de febrero, lanzarse en pleno vuelo desde el avión en el que viajaba rumbo a Santiago de Chile. El suicidio fue evitado por un oficial y dos agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Madrid (y otros tantos de Toledo) que custodiaban a dos chilenos expulsados de España. Los hechos ocurrieron cuando al avión, que había despegado a la 1.30 de Barajas, ya llevaba nueve horas de vuelo (le faltaban cinco para llegar a su destino). Dos policías que cubrían su turno de vigilancia vieron correr por el pasillo a un hombre desnudo y ensangrentado. Éste paró al llegar a una de las puertas del avión, de cuya palanca de apertura tiró con fuerza.

La tripulación del vuelo intervino. Pero como el hombre, de 25 años, tenía el cuerpo cubierto de sangre, sus manos resbalaban. Llegaron entonces los dos policías. Para sujetar al suicida utilizaron una manta. Una vez reducido, el hombre recibió una cura de urgencia que le cortó la hemorragia que sufría en el antebrazo derecho. Luego fue conducido a un asiento y, como seguía mostrándose violento, fue sujetado con los cinturones de seguridad.

El misterio de la herida

En el avión viajaba el padre del suicida frustrado. Este explicó que su hijo había ido a España de viaje turístico con unos amigos. Pero algo se torció en Torremolinos (Málaga) y los amigos le llamaron para que le recogiera. Cuando el padre llegó a Torremolinos descubrió que su hijo, que no le dio explicaciones, tenía seis puntos de sutura en el antebrazo derecho. Se lo llevó de vuelta a Chile. Durante el vuelo, el joven se levantó y se dirigió al aseo, donde permaneció más tiempo de lo normal.Una azafata que le había visto entrar, extrañada por la tardanza, abrió la puerta. El joven tenía puesto el antebrazo herido bajo el grifo abierto. La auxiliar de vuelo no advirtió nada extraño y se marchó. Poco después, el hombre salió corriendo hacia la puerta del avión, en el que viajaban 250 pasajeros. La mayoría dormía en ese momento.

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