Estudiantes cae por el peso de la lógica

La batalla entre el rico y el pobre terminó por la vía rápida. Tampoco se podía esperar mucho más. Estudiantes se enfrentó con gallardía a su suerte y no anduvo lejos de alargar la eliminatoria, pero acabó cayendo por el peso de la lógica. Kinder y Estudiantes viven mundos diferentes y sus aspiraciones no coinciden en casi nada. Se han encontrado en el camino, pero mientras los italianos están iniciando el asalto hacia el único objetivo que les satisface (el título) Estudiantes vió prácticamente colmadas sus aspiraciones cuando logró clasificarse para los octavos de final.A pesar del improbabl...

La batalla entre el rico y el pobre terminó por la vía rápida. Tampoco se podía esperar mucho más. Estudiantes se enfrentó con gallardía a su suerte y no anduvo lejos de alargar la eliminatoria, pero acabó cayendo por el peso de la lógica. Kinder y Estudiantes viven mundos diferentes y sus aspiraciones no coinciden en casi nada. Se han encontrado en el camino, pero mientras los italianos están iniciando el asalto hacia el único objetivo que les satisface (el título) Estudiantes vió prácticamente colmadas sus aspiraciones cuando logró clasificarse para los octavos de final.A pesar del improbable éxito final de la eliminatoria, Estudiantes salió con decisión. Curiosamente fueron Whisby, Thompson y Jiménez, los tres más desafortunados en el caótico inicio del primer partido, los más centrados. Sin deslumbrar, el asunto tenía buena pinta (17-12, m. 8). El partido se estabilizó a la espera de acontecimientos destacables, como la magnífica zona que lució el Estudiantes en Bolonia y que evitó una derrota escandalosa.

Estudiantes comenzó a dar signos de flaqueza al final del primer tiempo, y se prolongaron en los albores del segundo (37-47, m. 28). A pesar de su crítica situación, Estudiantes no perdió la fe. Con el clásico y racial estilo marca de la casa recuperaron terreno y llegaron al mismo sitio que dos días antes. Dos puntos de desventaja y 10 minutos por jugar.

Esos son terrenos donde los equipos demuestran su empaque. Estudiantes cometió parecidos errores, se dejó capturar rebotes ofensivos cruciales, perdió un par de balones y le encajaron dos triples (50-60, m. 33). Para colmo debió sufrir a Binelli, una pared en la zona italiana. Ni siquiera la locura en la que cayó el partido en los últimos minutos logró que el milagro se produjese.

Estudiantes termina donde sus fuerzas, su talento y sus dineros no dan más de sí. Con los planteamientos, recursos económicos y la filosofía reinante en el equipo, su techo es éste. Lo de Estambul fue como la medalla de plata olímpica, cosas de otra época.