ATLETISMO EUROPEOS EN PISTA CUBIERTA

Un atleta misterioso

Poco después de aparecer como un meteoro en el atletismo, Roberto Parra sufrió un accidente que ha estado a punto de acabar con su carrera. Con 19 años ganó los Campeonatos de Europa en pista cubierta y la célebre carrera de la Copa de Europa de naciones, en la que venció a Vejbon Rodahl, que semanas después ganaría la medalla de oro en la prueba de 800 metros en los Juegos de Atlanta. Tenía la estampa y la veta competitiva necesaria para hacerse un hueco entre los mejores especialistas de 800 metros. Probablemente ningún atleta español despertó tanto entusiasmo a una edad tan temprana. Pe...

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Poco después de aparecer como un meteoro en el atletismo, Roberto Parra sufrió un accidente que ha estado a punto de acabar con su carrera. Con 19 años ganó los Campeonatos de Europa en pista cubierta y la célebre carrera de la Copa de Europa de naciones, en la que venció a Vejbon Rodahl, que semanas después ganaría la medalla de oro en la prueba de 800 metros en los Juegos de Atlanta. Tenía la estampa y la veta competitiva necesaria para hacerse un hueco entre los mejores especialistas de 800 metros. Probablemente ningún atleta español despertó tanto entusiasmo a una edad tan temprana. Pero en junio de 1996 se rompió el cartílago de su rodilla derecha al chocar con la puerta de una furgoneta. Desde entonces ha sufrido dos operaciones, ha cambiado de entrenador -Martín Velasco por Enrique Pascual-, se ha trasladado de Toledo a Soria y ha comenzado de nuevo.

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"Todavía está muy flojo", comenta Enrique Pascual, que habla con extrema prudencia del mayor talento del medio fondo español. Tiene motivos para hacerlo. Se ha encontrado con un atleta muy joven, deprimido por las lesiones y por la inactividad, sujeto a una gran presión exterior tras el espectacular arranque de su carrera como atleta. "Cuando llegó a Soria, estaba en una condición horrorosa. Había que hacer un trabajo metódico para recuperarlo en el aspecto físico y también en el mental". Su falta de fuerza, la escasa potencia muscular, habían repercutido más aún en la debilidad de sus rodillas. A esa carencia, que Parra trata de suplir con una actividad más intensa en el gimnasio, había que añadir ciertos problemas técnicos derivados en buena parte de algunas deficiencias en su formación física. "Arrastra mucho la pierna y levanta poco las rodillas"-, reconoce Pascual, que se ha encontrado con un atleta que califica de misterioso.

"Incluso ahora, en un momento en el que todavía está muy lejos de un estado óptimo, Roberto me sorprende porque es capaz de superar en la competición lo que desarrolla en los entrenamientos. Es algo misterioso", dice con admiración. El entrenador no quiere hablar de palabras mayores a la vista de la condición balbuceante de Parra tras su larga lesión. No quiere que se sienta presionado, ni que se exija en exceso. Sólo pretende que un gran talento natural comience a emerger sin prisas.

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