La presión del dinero revaloriza la Bolsa un 21% en 38 sesiones
La Bolsa española rompió ayer las ataduras que habían impuesto los análisis y pasó a una fase que para la mayoría responde a la calificación de subida libre, término que debe equipararse con el de riesgo puro. El índice general de Madrid subió 13,98 puntos (1,86%), y cerraba en 765,39. El índice se ha revalorizado un 21% en sólo 38 sesiones.
La espectacularidad de la subida queda diluida en las ganancias que obtuvieron el resto de las bolsas europeas, mucho más animadas. París ganó el 2,62%, Francfort el 2,17% y Londres un 1,67%, mientras Nueva York ganaba al cierre de la sesión 87,...
La Bolsa española rompió ayer las ataduras que habían impuesto los análisis y pasó a una fase que para la mayoría responde a la calificación de subida libre, término que debe equipararse con el de riesgo puro. El índice general de Madrid subió 13,98 puntos (1,86%), y cerraba en 765,39. El índice se ha revalorizado un 21% en sólo 38 sesiones.
La espectacularidad de la subida queda diluida en las ganancias que obtuvieron el resto de las bolsas europeas, mucho más animadas. París ganó el 2,62%, Francfort el 2,17% y Londres un 1,67%, mientras Nueva York ganaba al cierre de la sesión 87,68 puntos (1,05%) y el índice Dow Jones registraba un récord, 8.457,78 puntos.
Esta reacción de la Bolsa de Nueva York sorprendió por producirse un día después de que el presidente de la Reserva Federal (banco central), Aland Greenspan, corrigiera todos las previsiones económicas en sentido positivo, es decir, después de anunciar que la economía de Estados Unidos va a ir este año mucho mejor de lo previsto.
La inflación de febrero en algunos Estados alemanes, con una subida del 0,3%, confirma la ausencia de tensiones inflacionistas, como sucediera el día anterior en Estados Unidos con el dato de enero, con lo que empieza a notarse el efecto ya anunciado de la deflación por la competitividad entre empresas y la caída de los precios en el sureste asiático.
La contratación en el mercado español sigue siendo muy alta, por la entrada de capital extranjero. Se trata de comprar en pesetas y vender, cuando llegue el momento, en euros, aunque la mayoría de los fondos que acuden a la Bolsa siguen procediendo de la inversión interna.