El acusado de secuestrar al químico de Algete insiste en implicar a su ex novia

Francisco Javier Cervigón, el estudiante de 38 años acusado de secuestrar el 6 de octubre de 1995 al químico jubilado de Algete José Luis Zaragoza, insistió ayer ante el tribunal que le juzga en involucrar a su ex novia Marisa (hija del químico) en el secuestro. Cervigón -que se enfrenta a una petición del fiscal de 14 años de cárcel por la detención ilegal de Zaragoza y tenencia ilícita de armas- se declaró inocente.

El fiscal no le pide una pena de cárcel superior porque, 28 meses después de la desaparición del químico, nada se sabe aún acerca de su paradero. La policía sospecha que e...

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Francisco Javier Cervigón, el estudiante de 38 años acusado de secuestrar el 6 de octubre de 1995 al químico jubilado de Algete José Luis Zaragoza, insistió ayer ante el tribunal que le juzga en involucrar a su ex novia Marisa (hija del químico) en el secuestro. Cervigón -que se enfrenta a una petición del fiscal de 14 años de cárcel por la detención ilegal de Zaragoza y tenencia ilícita de armas- se declaró inocente.

El fiscal no le pide una pena de cárcel superior porque, 28 meses después de la desaparición del químico, nada se sabe aún acerca de su paradero. La policía sospecha que el químico fue asesinado y está enterrado, en algún lugar de la sierra de Ávila, provincia natal de Cervigón. Pero son sólo meras sospechas, pues en este caso no hay cadáver.Lo único cierto es que el químico -padre de tres hijas- salió en coche de su chalé de Algete con dirección a Zaragoza y nunca llegó a su destino. Y que en el maletero llevaba dos escopetas, porque iba de caza, y que ambas armas fueron halladas siete meses después de su desaparición en las manos de Cervigón.

"Un montaje"

Su declaración de ayer, no exenta de contradicciones, discurrió pausada y sin sobresaltos. Una vez más, Cervigón culpó de su estancia en la cárcel a su ex novia Marisa y a un antiguo abogado de la familia del químico, José Aliste. Aseveró que todo era "un montaje" de ambos. No es la primera vez que les involucra, sobre todo a Marisa, quien fue citada incluso como imputada por la juez que instruyó el caso. Pero luego la Audiencia de Madrid, a instancia del abogado Hermenegildo Pérez Bolaños, la exculpó y decidió procesar sólo a Cervigón.Todos los indicios le apuntan a él: la policía halló en su poder las escopetas con las que el químico se marchó a Zaragoza, y además le intervino un montaje fotográfico con el que se pretendía hacer creer a la familia que el químico vivía y estaba secuestrado. Cervigón contó al tribunal que se enteró por Marisa del secuestro de su ex suegro me dijo que lo tenía secuestrado una banda mafiosa", relató-, y que fue ella quien le facilitó las escopetas y el montaje fotográfico sobre el secuestro. Añadió que fue detenido por la policía justo cuando se disponía a llevar las armas y la documentación fotográfica al juzgado de guardia de Madrid. "Cuando ella me dio las escopetas, fui a ver a Aliste [el abogado de la familia], que me dijo que las llevara al juzgado de guardia: no pude hacerlo porque la policía me detuvo".

Cervigón explicó que no salía con Marisa cuando sucedieron los hechos, si bien seguía manteniendo con ella una relación de amistad. Añadió que el día en que desapareció el químico él estuvo toda la mañana en su domicilio de la calle de la Dulzaina, en Madrid. En realidad la casa era de Marisa, pero la chica le dejaba vivir allí. "Si estuvo toda la mañana en su casa, ¿por qué pidió usted al camarero del colegio Guadalupe [donde solía pernoctar algunas noches] que si la policía le preguntaba algo dijera que usted había estado allí aquella mañana?", inquirió el fiscal. "Me sentía presionado y agobiado por la policía... Aquello fue una tontería", contestó el reo.

Cervigón comentó que un detective particular llamado José Manuel González Roncero le propuso en una ocasión, al enterarse de que su ex suegro podía haber sido víctima de un secuestro, simular que ellos eran los captores y pedir un rescate de 90 millones de pesetas. "Yo le seguí la corriente para averiguar adónde quería llegar, pero la idea me parecía ridícula", aseguró el procesado. Se da la circunstancia de que en esa época el químico tenía previsto irse a vivir a Zaragoza y vender su chalé por 90 millones. Cervigón enmarcó como un mensaje de "perdón" la felicitación que envió a la familia del químico las pasadas navidades. El acusado responderá hoy a las preguntas de su abogado, Marcos García.

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