Cartas al director

ETA, terrorismo sin fronteras

Ante la trascendencia de su súbita tragedia, quiero dar público testimonio de mi experiencia de amistad con Alberto Jiménez Becerril y su mujer, Ascen. Eran entrañables, duros trabajadores, leales consigo mismos y los demás, e irradiaban una dosis de bondad tal que ni sus asesinos ni los 200.000 o 300.000 que con sus votos los sustentan podrán, desde sus atormentadas conciencias, jamás entender. Que Dios perdone a los verdugos y bendiga a Alberto, Ascen y sus hijos.-...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ante la trascendencia de su súbita tragedia, quiero dar público testimonio de mi experiencia de amistad con Alberto Jiménez Becerril y su mujer, Ascen. Eran entrañables, duros trabajadores, leales consigo mismos y los demás, e irradiaban una dosis de bondad tal que ni sus asesinos ni los 200.000 o 300.000 que con sus votos los sustentan podrán, desde sus atormentadas conciencias, jamás entender. Que Dios perdone a los verdugos y bendiga a Alberto, Ascen y sus hijos.-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En