Por Ana
Desde que falleció Ana Tutor, muchos tenemos más roto el corazón. Hace ya casi siete años que abandoné la política activa. De entre los innumerables recuerdos gratos de aquellos años, hoy destaco uno: haberme podido tratar con ella cuando era delegada del Gobierno, en Madrid.Esa sonrisa permanente, esa alegría de vivir era contagiosa. En mi memoria para siempre quedan ciertos momentos compartidos en nuestra gestión, algunos de ellos difíciles.Descanse en paz para siempre. Nunca la olvidaremos. Hoy la lloramos irreversible y desconsoladamente., Desde mañana la recordaré, y para siempre, con su ...
Desde que falleció Ana Tutor, muchos tenemos más roto el corazón. Hace ya casi siete años que abandoné la política activa. De entre los innumerables recuerdos gratos de aquellos años, hoy destaco uno: haberme podido tratar con ella cuando era delegada del Gobierno, en Madrid.Esa sonrisa permanente, esa alegría de vivir era contagiosa. En mi memoria para siempre quedan ciertos momentos compartidos en nuestra gestión, algunos de ellos difíciles.Descanse en paz para siempre. Nunca la olvidaremos. Hoy la lloramos irreversible y desconsoladamente., Desde mañana la recordaré, y para siempre, con su risa y vitalidad inagotables.Con su marido, sus hijos, su familia,también la política, y sus amigos,comparto aquella frase: "El dolor de hoy es parte de la felicidad de ayer".
Dicen que los dioses-celosos- se llevan siempre a los mejores muy pronto. En este caso: ¡qué gran verdad!, pero también ¡qué gran egoísmo!-