El fiscal mantiene su petición de 29 años por el 'crimen del millonario'

El fiscal mantuvo ayer su petición de 29 años de cárcel para cada uno de los dos acusados por el crimen del empresario madrileño Fermín Canales, asesinado a martillazos el 28 de febrero de 1995 en la calle de Quintana. Los dos acusados son Florencio Giménez, mayordomo y hombre de confianza del empresario, y Sara Sierra, esposa del muerto.Tras lo visto en el juicio -que ayer quedó visto para sentencia-, el fiscal mantiene que ambos acordaron quitarle la vida para repartirse parte de la millonaria herencia de Canales, a quien se le calcula una fortuna de unos mil millones de pesetas. Los abogado...

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El fiscal mantuvo ayer su petición de 29 años de cárcel para cada uno de los dos acusados por el crimen del empresario madrileño Fermín Canales, asesinado a martillazos el 28 de febrero de 1995 en la calle de Quintana. Los dos acusados son Florencio Giménez, mayordomo y hombre de confianza del empresario, y Sara Sierra, esposa del muerto.Tras lo visto en el juicio -que ayer quedó visto para sentencia-, el fiscal mantiene que ambos acordaron quitarle la vida para repartirse parte de la millonaria herencia de Canales, a quien se le calcula una fortuna de unos mil millones de pesetas. Los abogados de la defensa también mantuvieron sus conclusiones iniciales y reclamaron la libre absolución de los acusados. Los letrados se basaron en la inexistencia de pruebas sólidas que impliquen en el crimen a sus defendidos.

La acusada declaró en el juicio que la noche antes del crimen Florencio la visitó en su chalé y le dijo que acababa de dar "un susto" a su marido, que en ese momento estaba en otra casa de la calle de Quintana. Agregó que al día siguiente fue a esa otra casa y halló a su marido inmóvil y tendido sobre la cama del dormitorio, por lo que pidió a la secretaria que avisara a la policía. El fiscal se basó en este hecho, entre otros, para asegurar que Sara ya sabía que Fermín estaba muerto. Prueba de ello, señaló, es que pidió avisar a, la policía y no, como hubiese sido más lógico, a un médico.

El abogado de Florencio, Jaime Sanz de Bremond, sostuvo ayer que toda la acusación contra su cliente está basada en elucubraciones. Florencio señaló en el juicio que estuvo con su novia el día del crimen.

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