FÚTBOL 22ª JORNADA DE LIGA

El Valencia maravilla ante el Racing

El equipo de Ranieri logra ante los santanderinos la goleada de la Liga

Un festín. Ranieri encontró lo que andaba buscando. Un equipo vigoroso, presionante, veloz: que llega con mucha gente arriba, que llega con mucha gente abajo, signo inequívoco de que esto funciona. Es decir, un grupo rocoso y alegre, con el plus de calidad tan necesario que le ha reportado la llegada de Ilie. Todo eso se puso de manifiesto ayer ante un Racing que pasó inédito por Mestalla, literalmente aplastado por el Valencia. Ni siquiera Correa, precedido de gran fama, se atrevió a abrir la boca ante la superioridad valenciana.Farinós, Milla y Mendieta. Tres hombres menudos y vigorosos,...

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Un festín. Ranieri encontró lo que andaba buscando. Un equipo vigoroso, presionante, veloz: que llega con mucha gente arriba, que llega con mucha gente abajo, signo inequívoco de que esto funciona. Es decir, un grupo rocoso y alegre, con el plus de calidad tan necesario que le ha reportado la llegada de Ilie. Todo eso se puso de manifiesto ayer ante un Racing que pasó inédito por Mestalla, literalmente aplastado por el Valencia. Ni siquiera Correa, precedido de gran fama, se atrevió a abrir la boca ante la superioridad valenciana.Farinós, Milla y Mendieta. Tres hombres menudos y vigorosos, básicamente dinámicos. Con fama de jugadores de poca monta. Ayer, sin embargo, realizaron una primera media hora excepcional. Con un control absoluto sobre el centro del campo que sirvió para que los dos punteros, llie y Claudio López, vivieran en la abundancia. Farinós incluso se permitió emular a Mijatovic y destapó una de esas vaselinas desde 35 metros que sólo los más atrevidos se atreven a ensayar.

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La descomunal potencia del Piojo López hizo estragos en la defensa racinguista, que no halló fórmula capaz de parar al argentino. Al Piojo López sólo lo paró el Piojo López y su innata incapacidad para relacionarse bien con el gol. Con todo, su fuerza bruta es una bendición para su acompañante, llie, un futbolista de clase: elegante, listo y, ayer, eficaz. El rumano va en constante progresión desde su llegada a Valencia, hace apenas un mes, y parece haber pagado ya el peaje del paso de la tibia liga turca a la supercompetitiva Liga española.

El Valencia jugó en la primera parte como la seda. Armonioso, veloz e incluso estético en el irregular césped de Mestalla. Bajo el influjo positivo de su triple enfrentamiento con el Barça, el equipo de Ranieri pasó por encima del Racing, que achicaba agua como podía.

Así hasta que Marcos Alonso reaccionó. No podía esperar más e introdujo antes del descanso a Arpón para reforzar el desvalido centro del campo racinguista. Se equilibró entonces el partido. Aflojó un tanto la maquinaria de Mendieta y el Racing comenzó a asomarse por la guarida de Zubizarreta.

El atrevimiento del Racing duró poco, no obstante. Hasta que Angloma, ese jugador anárquico e imprevisible, que saca los goles de los lugares más insospechados, aumentó la diferencia de los locales. Un gol vital para el Valencia, que ya perdía gas de tantos esfuerzos acumulados. Se iba apagando el Valencia, aunque resurgía por medio de llie, que inventaba de donde no había y regalaba otro gol fácil a López, que se negaba una y otra vez a marcar. No estaba dispuesto. Sí lo estaba, en cambio, en dárselos hechos a llie, que correspondió con su tercer tanto de la tarde.

Esta pareja comienza a dar unos rendimientos estimables, aunque tuvo que salir Fernando para que López hallara por fin el deseado camino del gol. Dos pases en profundidad del centrocampista valenciano permitieron que López, por fin, se reconciliara con el gol. No podía negarse por más tiempo.

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