FÚTBOL 18ª JORNADA DE LIGA

El guión de siempre

Louis Van Gaal se salió con la suya sin que el partido perdiera el tono emotivo, la carga ambiental, el carácter volcánico que siempre ha presidido los Barça-Atlético. Ganó el equipo azulgrana sin apuros de tiempo ni remontadas heroicas. El Atlético se remitió al árbitro, el más joven de primera (30 años), para explicar su inferioridad. La fiesta culé fue tan completa que el entrenador, en un gesto de clemencia con la grada, le regaló tres minutos a Iván de la Peña.El choque tuvo el guión de siempre. Medio partido fue para el Atlético y el otro para el Barça. Muy acostumbrada ya a este paisaje...

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Louis Van Gaal se salió con la suya sin que el partido perdiera el tono emotivo, la carga ambiental, el carácter volcánico que siempre ha presidido los Barça-Atlético. Ganó el equipo azulgrana sin apuros de tiempo ni remontadas heroicas. El Atlético se remitió al árbitro, el más joven de primera (30 años), para explicar su inferioridad. La fiesta culé fue tan completa que el entrenador, en un gesto de clemencia con la grada, le regaló tres minutos a Iván de la Peña.El choque tuvo el guión de siempre. Medio partido fue para el Atlético y el otro para el Barça. Muy acostumbrada ya a este paisaje, la hinchada azulgrana dormitó un tiempo y despertó tras el descanso. Hasta el empate nadie abrió la boca. No había ni rastro de L´Elefant Blau en quinientos metros a la redonda -el grupo estuvo localizado y abrigado en las afueras del estadio en un intento de evitar gestos desestabilizadores sobre el encuentro-; los Boixos Nois entraron, salieron y volvieron al Camp Nou, con un minuto de silencio entremedio, para recordar a uno de sus compañeros fallecido en un accidente; Gil, malhumorado con su equipo, dejó al palco en paz con su ausencia. Y Van Gaal, además, no es el mismo como espectador -presenció el 5-4 de Copa desde la tribuna- que como entrenador -no hay manera de que deje la carpeta-.

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El clima abrigaba al Atlético. La presión rojiblanca reventó al Barça. Privado de pies, por la falta de extremos, y tapada la línea de pase, por el encarcelamiento de Celades y Guardiola, el grupo azulgrana transitó por la cancha tiritando. Tuvo, de todas maneras, mucha paciencia. Negoció un buen resultado para el acto segundo. No necesitó más de tres vueltas de partido para encender el partido. Llegó el empate, la expulsión de Santi, la entrada en escena de Pizzi, un penalti de moviola, un tercer gol muy válido y, la grada, a coro, cantando Iván de la Peña ante la sordera del entrenador.

Toda la liturgia de los Barça-Atlético se había disparado pese a que la carga futbolística del choque quedó muy rebajada por las ausencias de notables como Figo, Rivaldo, Andrei, Juninho, Vieri o Caminero. La función, sin embargo, quedó embargada por la salida de escena del Atlético, maltratado en la segunda parte por un colegiado que en el primer tiempo marcó muy encima al Barça.

El penalti acabó con las pretensiones rojiblancas y la expulsión de Santi le dejó a la intemperie. Diezmado, sobrevivió como pudo ante el delirio de la hinchada azulgrana. El culé celebrará la Navidad con el liderato pese a tener un partido menos que los demás.

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