Árbitros
Amante del fútbol, nunca he sido por ello partidario de contribuir a restarle el respeto que merece terciando en tertulias u opiniones que, lejos de dignificar su esencia, no provocan más que el sonrojo y el desprecio intelectual para sus protagonistas.Mas, aun a costa de traicionar mis principios, considero de justicia la firma de la presente carta, pues leo y escucho, y no encuentro (ni siquiera en su editorial de hoy, de un periódico de tan admirable sección de Deportes) quien defienda al colectivo de árbitros de Primera y Segunda división. "Egocéntricos, caprichosos, ávidos de protagonismo...
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Amante del fútbol, nunca he sido por ello partidario de contribuir a restarle el respeto que merece terciando en tertulias u opiniones que, lejos de dignificar su esencia, no provocan más que el sonrojo y el desprecio intelectual para sus protagonistas.Mas, aun a costa de traicionar mis principios, considero de justicia la firma de la presente carta, pues leo y escucho, y no encuentro (ni siquiera en su editorial de hoy, de un periódico de tan admirable sección de Deportes) quien defienda al colectivo de árbitros de Primera y Segunda división. "Egocéntricos, caprichosos, ávidos de protagonismo...". ¿Cómo es posible mezquindad semejante con aquellos a quienes jornada tras jornada se infiere el peor de los insultos, cuál es el de dudar de su honradez e independencia? Que ello sea así desde el principio de los tiempos no bendice, sino todo lo contrario, a los ofensores.
Los árbitros no son los protagonistas del fútbol, es cierto. Sólo son jueces. Y, por ello, merecedores del mayor de los respetos.-