Tribuna

El peso del juego

El peso. El Atlético hizo lo que le hicieron en Zagreb. Llevó totalmente el peso del partido. Ejerció una fuerte presión en el centro, especialmente sobre Prosinecki. La predisposición de Caminero y Juninho en esas funciones ayudó mucho. Recuperó el balón con rapidez y cerca de la portería contraria y las ocasiones tampoco faltaron.Claramente dominado. El Croatia, claramente dominado, se vio obligado a acumular muchos hombres en defensa. Cuando era desbordado, recurría a las faltas para cortar los avances atléticos. Tuvo muchos problemas para progresar. Ante la imposibilidad de s...

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El peso. El Atlético hizo lo que le hicieron en Zagreb. Llevó totalmente el peso del partido. Ejerció una fuerte presión en el centro, especialmente sobre Prosinecki. La predisposición de Caminero y Juninho en esas funciones ayudó mucho. Recuperó el balón con rapidez y cerca de la portería contraria y las ocasiones tampoco faltaron.Claramente dominado. El Croatia, claramente dominado, se vio obligado a acumular muchos hombres en defensa. Cuando era desbordado, recurría a las faltas para cortar los avances atléticos. Tuvo muchos problemas para progresar. Ante la imposibilidad de superar la presión jugando en corto, utilizó el pase largo, aunque con poca efectividad. Sólo disfrutó del balón en las intermitentes apariciones de Prosinecki, quien estuvo muy vigilado. Demostró gran debilidad en los balones cruzados, en uno de los cuales recibió el gol.

Aguilera. A pesar de que al conjunto madrileño le bastaba el empate a cero (igualó a uno en la capital croata) salió en busca de goles. Nos recordó el equipo de antaño. Repartió muy bien el trabajo. Insistió por las bandas, sobre todo por la de Aguilera, que estuvo sobresaliente. La jugada del gol sólo fue una muestra de lo que hizo durante todo el partido. Caminero dejó signos de recuperación y el brasileño Juninho, bajo últimamente, volvió a ser el de siempre.

La camiseta. En la segunda parte el Atlético continuó exhibiendo un fútbol rápido y agresivo. Los croatas dieron más facilidades en defensa y las consecuencias llega ron pronto: algunas ocasiones claras, varios tiros al palo y un gol de Bejbl sorprendentemente anulado por el árbitro que se dejó engañar por su ayudante. Fue curioso como todos los croatas querían quedarse con la camiseta de Kiko antes de terminar el partido.

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