La financiación de los partidos
El tema de la financiación de los partidos que estos días vuelve a aparecer en la prensa es una decisión demasiado importante para dejarla exclusivamente en manos de los interesados, es decir, de los aparatos y los parlamentarios.Todo el mundo sabe que los partidos en España son máquinas excesivamente caras, demasiado corruptas y sobre todo poco representativas, guetos cerrados que se autoperpetúan incontrolados y autistas frente a la sociedad civil. Si se molestaran en conocer la opinión de los/las sin voz, que somos muchos/as, oirían el clamor exigiendo la democratización de los partidos. Y ...
El tema de la financiación de los partidos que estos días vuelve a aparecer en la prensa es una decisión demasiado importante para dejarla exclusivamente en manos de los interesados, es decir, de los aparatos y los parlamentarios.Todo el mundo sabe que los partidos en España son máquinas excesivamente caras, demasiado corruptas y sobre todo poco representativas, guetos cerrados que se autoperpetúan incontrolados y autistas frente a la sociedad civil. Si se molestaran en conocer la opinión de los/las sin voz, que somos muchos/as, oirían el clamor exigiendo la democratización de los partidos. Y eso pasa, entre otras cosas, por un profundo cambio del sistema electoral y, sobre todo, porque los partidos vuelvan a depender financieramente de las cotizaciones de sus militantes.
Ni financiación privada ni pública, y mucho menos ambas a la vez. La ayuda del Estado debería ser puntual y en especies (asegurar la presencia en medios de comunicación en procesos electorales) para garantizar la igualdad de oportunidades a todo ciudadano o ciudadana que desee presentar una candidatura. Y que nadie diga que es una barbaridad. ¡Hay precedentes en la propia Unión Europea!-