GENTE

PALABRA DE CAN

La junta directiva de Rk Carbon, antigua empresa de ingeniería de multimillonario y filántropo británico Colin Hill, ha aprobado su última dádiva. Una abultada inyección financiera para conseguir que el equipo capitaneado por Richard Noble, que hace pocos días consiguió batir el récord mundial de velocidad sobre tierra, pueda ahora mejorar su marca y romper la barrera del sonido con su coche supersónico en el desierto estadounidense de Nevada. Todo un gesto que pasaría tal vez inadvertido si no fuera porque los consejeros del generoso donante son sus tres perros labradores: Poppi...

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La junta directiva de Rk Carbon, antigua empresa de ingeniería de multimillonario y filántropo británico Colin Hill, ha aprobado su última dádiva. Una abultada inyección financiera para conseguir que el equipo capitaneado por Richard Noble, que hace pocos días consiguió batir el récord mundial de velocidad sobre tierra, pueda ahora mejorar su marca y romper la barrera del sonido con su coche supersónico en el desierto estadounidense de Nevada. Todo un gesto que pasaría tal vez inadvertido si no fuera porque los consejeros del generoso donante son sus tres perros labradores: Poppi, de 12 años; Panox, de nueve meses, y Earwig, de seis años. Hill suele reunirse con ellos en una playa de la isla de Man cuando debe tomar decisiones trascendentales. Paula, su mujer, que le conoce bien, defiende las citas caninas con aplomo: "Mi marido parece que ladra pero no está loco". Con algo más de clarividencia añade casi sin inmutarse: "Yo creo que convoca a los perros cuando sabe que yo voy a decirle que no".-

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