El púlpito de Blair

Si quedaba alguien en el Partido Laborista tentado de poner en duda la grandeza de ambiciones de su líder, no lo habrá desde el discurso deTony Blair en la conferencia de ayer. Blair se propone, no solamente remodelar su partido, modernizar el Estado de bienestar y reformar la Constitución británica, sino presidir "uno de los grandes gobiernos reformistas radicales de nuestra historia".¿Qué quiere decir Blair? (...) La primera reacción ante tan atrevida proclama es reírse de ella. Se trata de una retórica cargada de alusiones religiosas, casi milenarias. (...) Una visión que se halla tan aleja...

Si quedaba alguien en el Partido Laborista tentado de poner en duda la grandeza de ambiciones de su líder, no lo habrá desde el discurso deTony Blair en la conferencia de ayer. Blair se propone, no solamente remodelar su partido, modernizar el Estado de bienestar y reformar la Constitución británica, sino presidir "uno de los grandes gobiernos reformistas radicales de nuestra historia".¿Qué quiere decir Blair? (...) La primera reacción ante tan atrevida proclama es reírse de ella. Se trata de una retórica cargada de alusiones religiosas, casi milenarias. (...) Una visión que se halla tan alejada de la realidad del momento que resulta fantástica, y que contrasta con los objetivos más sensatos de su Gobierno. (...)

Tony Blair, extraña mezcla de ideales, cálculo e instinto, cree verdaderamente que ha entrado en algo de mucho más calado que un simple cambio de guardia política. (...) El primer ministro se ha marcado una agenda polifacética de reformas que sabe que no puede cumplir ni en un mandato ni, probablemente, con el exclusivo apoyo laborista.Cuanto más difícil se torne su tarea, más buscará apoyos fuera de su partido en otras fuerzas centristas. (...).

Sus incondicionales en el partido sabían que la oposición interna no supondría desaliento alguno para Blair. Ahora parece que el verdadero propósito del primer ministro es el de gobernar sin oposición real.