El Madrid se pone frenético

Tiene prisa el Madrid. Tanta, que le sobra el reloj. Le falta tiempo para correr y para encestar. Con frenesí. No es urgencia, pues se sabe superior a la mayoría de sus rivales. La cuestión es otra. El Madrid quiere llegar a la victoria a toda velocidad, huyendo de ciertos conceptos tácticos del pasado. Para bien o para mal, el conjunto blanco está frenético.Al Madrid le bastan 15 segundos para ponerle solución a todos sus ataques. Quizá para los más puristas su juego esté plagado de agujeros. Seguro que sí. Le cuesta horrores echarle intensidad a su defensa. Cualquier rival es capaz de coloca...

Tiene prisa el Madrid. Tanta, que le sobra el reloj. Le falta tiempo para correr y para encestar. Con frenesí. No es urgencia, pues se sabe superior a la mayoría de sus rivales. La cuestión es otra. El Madrid quiere llegar a la victoria a toda velocidad, huyendo de ciertos conceptos tácticos del pasado. Para bien o para mal, el conjunto blanco está frenético.Al Madrid le bastan 15 segundos para ponerle solución a todos sus ataques. Quizá para los más puristas su juego esté plagado de agujeros. Seguro que sí. Le cuesta horrores echarle intensidad a su defensa. Cualquier rival es capaz de colocarle 90 puntos. El Xacobeo utilizó la misma receta y pudo soñar. Lo hizo hasta que Santos se pegó a Haynes, tras el descanso (49-48), y se acabó la fiesta.

Fue un partido repleto de pérdidas, de rebotes ofensivos, lo que no. cuadra con el tan manido baloncesto control. Pero fue también un partido vertiginoso, donde el Xacobeo enseñó detalles magníficos -el juego interior de Payne- y Herreros firmó una tarjeta impecable, con un cien por cien de acierto. El choque quedó al final en manos de Bodiroga, que llevó la diferencia donde se le antojó.