Francia elevará en 1998 la presión fiscal sobre las rentas del ahorro

El Gobierno francés pretende equilibrar la fiscalidad del ahorro con la que grava el trabajo y, al mismo tiempo, quiere acabar con los "muchos agujeros del gruyére fiscal francés". Aunque los detalles del Presupuesto para 1998 no se harán públicos hasta el 24 de septiembre, se sabe ya que el dinero invertido en seguros de vida, que quedaba libre de impuestos en caso de sucesión testamentaria, pierde sus privilegios; que las rentas del ahorro tributarán más a través de una alza y ampliación de la CSG (Contribution Générale Généralisée); el tener servicio en casa dejará de poder significa...

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El Gobierno francés pretende equilibrar la fiscalidad del ahorro con la que grava el trabajo y, al mismo tiempo, quiere acabar con los "muchos agujeros del gruyére fiscal francés". Aunque los detalles del Presupuesto para 1998 no se harán públicos hasta el 24 de septiembre, se sabe ya que el dinero invertido en seguros de vida, que quedaba libre de impuestos en caso de sucesión testamentaria, pierde sus privilegios; que las rentas del ahorro tributarán más a través de una alza y ampliación de la CSG (Contribution Générale Généralisée); el tener servicio en casa dejará de poder significar reducciones de hasta 45.000 francos (1.125.000 pesetas) del IRPF; las inversiones en los llamados "territorios de ultramar", en yates o en partes de barcos mercantes también dejarán de ofrecer ventajas fiscales.Un informe reciente manejado por el Ministerio de Hacienda demostraba que 17.500 hogares franceses cuya base imponible neta era del orden de los 200.000 francos (unos cinco millones de pesetas) no pagaban IRPF gracias a los citados agujeros del gruyére. Dominique Strauss-Kahn, ministro de Economía, considera que su presupuesto "es el que le conviene al país en términos de justicia y eficacia". Para la ministra comunista Marie-George Buffet lo importante es que "se busca el dinero allí donde éste no cumple ninguna función social, el dinero dormido".

Para la derecha, que se ha manifestado a través de François d'Aubert, antiguo ministro del Presupuesto, los socialistas "van a hacer pagar a los franceses 50.000 millones de francos más" y ha criticado que "aumenten las retenciones obligatorias, que ya figuran entre las más altas de Europa". D'Aubert considera que el Gobierno "ha emprendido el camino de aumentar el gasto público", que ya representó el 55% del producto interior bruto en l996".

La realidad es que el Gobierno Jospin, al mismo tiempo que intenta limitar el fraude, ampliar la base imponible y reducir los privilegios, también prevé reducir la presión fiscal sobre las rentas más bajas y respetar, durante un ejercicio, la promesa del ex primer ministro Juppé de hacer lo propio con todos los contribuyentes.

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