Almunia se siente "escandalizado" por las discrepancias sobre ETA entre PP y PNV

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, se siente "escandalizado por la discusión diaria de este verano entre el Partido Popular y el Partido Nacionalista Vasco por sus criterios en política penitenciaria o el diálogo con el entorno de ETA"."Han dado muestras" dice, "de una enorme irresponsabilidad; más aún después de las movilizaciones por el asesinato de Miguel Ángel Blanco". Almunia insiste, en una entrevista a Europa Press, en que "cualquier discrepancia en política antiterrorista debe discutirse con discreción".

Según el nuevo líder socialista, "Xabier Arzalluz [presidente...

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, se siente "escandalizado por la discusión diaria de este verano entre el Partido Popular y el Partido Nacionalista Vasco por sus criterios en política penitenciaria o el diálogo con el entorno de ETA"."Han dado muestras" dice, "de una enorme irresponsabilidad; más aún después de las movilizaciones por el asesinato de Miguel Ángel Blanco". Almunia insiste, en una entrevista a Europa Press, en que "cualquier discrepancia en política antiterrorista debe discutirse con discreción".

Según el nuevo líder socialista, "Xabier Arzalluz [presidente del PNV] ha querido implicar al PSOE" en este enfrentamiento político, "pero no nos dejamos implicar", advierte, "ni por Arzalluz ni por [Francisco Álvarez] Cascos ni por nadie. Seguiremos actuando con discreción, hablando con quien consideremos, sin prestarnos, a ningún juego"..En sus declaraciones Almunia asegura también que si el referente político del presidente del Gobierno, José María Aznar, es Antonio Cánovas del Castillo "es para echarse a temblar porque aquel régimen no era plenamente democrático", en referencia al periodo conocido como La Restauración, a finales del siglo pasado.

Sobre la llamada crisis del ministerio fiscal, opina que comenzó cuando el Gobierno trató. de entrometerse en su funcionamiento y sigue cuando impide sus funciones constitucionales y estatutarias y dirige sus actuaciones desde el Ministerio de Justicia o desde La Moncloa y hace nombramientos en contra de los propios fiscales y condiciona sus actuaciones en su propio beneficio e interés. "Esto no sólo lo dice el PSOE", afirma Almunia, "sino también los fiscales progresistas y los conservadores, cuya asociación es ampliamente mayoritaria".

"Los fiscales se deben regir por el principio de legalidad y jerarquía", añade, "y no estar con el teléfono cerca para ver qué les dice el Gobierno en cada llamada".

Sobre la pretensión del Gobierno de reducir la mayoría de edad penal de los 18 a los 16 años para delitos de terrorismo, Almunia afirma que es un gran error del Ejecutivo lanzar esta propuesta porque "es una idea anticonstitucional. No tiene posibilidad de ser encajada en el ordenamiento jurídico y lo mejor que puede hacer es enmendar su error y no volver a airear esa propuesta".

En tomo al caso GAL, el secretario general del PSOE dice que no quiere opinar, pero se queja de que la Justicia no actúa "en el mejor clima posible" porque "estos sumarios secretos están todos los días en los medios de comunicación con versiones que no son fidedignas o desinteresadas". "Me parece que es un espectáculo lamentable el tipo de instrucción mediático-judicial que se produce" en varios casos de la Audiencia Nacional.

Respecto a la situación interna de PSOE, su máximo dirigente afirma que "el partido sustituyó a Felipe González sin reproducir viejos esquemas de divisiones internas, que han pasado definitivamente a la historia. La única corriente es Izquierda Socialista, con un miembro en la ejecutiva pero con poca representación general; y en el resto se puede tener siempre una parte de delegados que no apoya a la dirección pero que no revela enquistamientos internos".

Almunia afirma que su partido tiene muchas opciones para nombrar un candidato a las próximas elecciones generales y precisa que la elección del cabeza de lista se hará con tiempo suficiente para escoger al mejor posible.

También augura que el PSOE seguirá recibiendo votos de Izquierda Unida, de la abstención y de electores de centro que en 1996 confiaron en el mensaje del PP.