La nueva vida de Ortega Lara

La difícil recuperación, paso a paso, 55 días después del 'zulo'

Se levanta a las ocho. Acompaña a su hijo, Daniel, de cuatro años, a una piscina. Reza antes de comer. Echa la siesta. Recibe a las dos psicólogas que le tratan. Pasea mucho. Habla mucho. Ríe mucho menos de lo que parece en las fotos. Es la nueva vida de José Antonio Ortega Lara, 55 días después de ser rescatado del angosto zulo en el que ETA le tuvo encerrado durante año y medio. Ha recuperado cinco kilos de los 23 que perdió. Y la vista, que se le había acostumbrado al horizonte de tres metros de su calabozo. Y la voz, que al recuperar la libertad era muy lenta. "Pero no está igual qu...

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Se levanta a las ocho. Acompaña a su hijo, Daniel, de cuatro años, a una piscina. Reza antes de comer. Echa la siesta. Recibe a las dos psicólogas que le tratan. Pasea mucho. Habla mucho. Ríe mucho menos de lo que parece en las fotos. Es la nueva vida de José Antonio Ortega Lara, 55 días después de ser rescatado del angosto zulo en el que ETA le tuvo encerrado durante año y medio. Ha recuperado cinco kilos de los 23 que perdió. Y la vista, que se le había acostumbrado al horizonte de tres metros de su calabozo. Y la voz, que al recuperar la libertad era muy lenta. "Pero no está igual que cuando se lo llevaron, no lo está", cuenta su hermana Lucila. "Es más tajante. Más seco. Y se emociona mucho menos".

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