Francia lanza un plan de choque para emplear a 350.000 jóvenes

El Estado dedicará 875.000 millones de pesetas

El Gobierno socialista francés aprobó ayer un novedoso plan para crear 350.000 nuevos puestos de trabajo entre 1997 y 1999, con contratos de cinco años de duración financiados en un 80% con dinero público. El coste total para el Estado, a lo largo de los tres años, se estima en unos 35.000 millones de francos (875.000 millones de pesetas). Martine Aubry, la todopoderosa ministra de Empleo y Solidaridad, prevé que antes de que acabe 1997 se contará ya con 50.000 empleos de nuevo tipo.

La idea central del plan es convertir en salarios los subsidios, creando empleos útiles para la sociedad...

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El Gobierno socialista francés aprobó ayer un novedoso plan para crear 350.000 nuevos puestos de trabajo entre 1997 y 1999, con contratos de cinco años de duración financiados en un 80% con dinero público. El coste total para el Estado, a lo largo de los tres años, se estima en unos 35.000 millones de francos (875.000 millones de pesetas). Martine Aubry, la todopoderosa ministra de Empleo y Solidaridad, prevé que antes de que acabe 1997 se contará ya con 50.000 empleos de nuevo tipo.

La idea central del plan es convertir en salarios los subsidios, creando empleos útiles para la sociedad que la economía de mercado no crea por sí misma y permitiendo, a la vez, que los beneficiarios adquieran experiencia profesional. Esos empleos estarán exclusivamente destinados a los jóvenes de 18 a 25 años o a las personas de entre 25 y 30 que no hayan trabajado nunca. El sueldo será el mínimo legal, 5.240 francos netos mensuales (131.000 pesetas), y el 80% será sufragado por el Estado. El 20% restante correrá a cargo de los empleadores, básicamente ayuntamientos, asociaciones sin ánimo de lucro y mutualidades, nunca empresas públicas o privadas.El plan propone la creación de 22 nuevos oficios, algunos de ellos invenciones adaptadas a nuevas realidades y otros simple recuperación de actividades de interés social, como asistentes para estudiantes enfermos o impedidos o acompañantes de enfermos que abandonen el hospital. También prevé la reaparición de los antiguos porteros y serenos y crea el papel de asesor que facilite las relaciones entre inquilinos y caseros.

La oposición conservadora no se atreve a criticar el plan frontalmente, y el propio presidente gaullista, Jacques Chirac, afirmó que no podía "sino aprobar la inspiración de este proyecto de ley", aunque advirtió que deberá evitarse que los 350.000 empleos acaben desembocando en el sector público, una vez que finalicen los previstos cinco años de vigencia de los contratos que se suscriban.

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