Tribuna:VISTO / OÍDO

Errores, cambios, edades

"Sólo acierta cuando rectifica" fue una famosa frase de Manuel Fraga contra el Gobierno socialista. Dicha por un hombre que ha ido cayendo en la fantasmagoría de la derecha española sin rectificar jamás (simplemente, cambiando de vocabulario, pero sin abjurar de sus errores), es mucho más valiosa. Su partido cree que, puesto que es simétrico al socialista absolutamente igual, sólo que todo lo contrario-, no debe rectificar jamás. Tuvo, eso sí, una temporada en la que cambiaba continuamente de opinión, hasta cerciorarse de que no iba a ir en contra de sus intereses (nada que ver con la admiraci...

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"Sólo acierta cuando rectifica" fue una famosa frase de Manuel Fraga contra el Gobierno socialista. Dicha por un hombre que ha ido cayendo en la fantasmagoría de la derecha española sin rectificar jamás (simplemente, cambiando de vocabulario, pero sin abjurar de sus errores), es mucho más valiosa. Su partido cree que, puesto que es simétrico al socialista absolutamente igual, sólo que todo lo contrario-, no debe rectificar jamás. Tuvo, eso sí, una temporada en la que cambiaba continuamente de opinión, hasta cerciorarse de que no iba a ir en contra de sus intereses (nada que ver con la admiración por las autonomías, o su deseo de reducir el servicio militar, o los temas de libertad general: sus intereses son las privatizaciones, que eso es lo que cuenta, y lo que puede sustentar bien al privatizador el día que pierda el Gobierno); luego, la creencia de que ha sido su propio trabajo de un año el que ha impulsado la economía nacional encauzada (por el mal camino, eso sí: por el capitalista, de libre mercado, de entrega al europeísmo) por el Gobierno socialista. He aquí algo que no ha tenido que rectificar: lo que hizo en ese terreno Felipe González.Sin embargo, ahora ha rectificado en algo: el deseo de la ministra de Justicia de reducir la edad penal: de no poder ser para todos, al menos para aquellos a los que se pudiera acusar de terrorismo. Esta ministra es de las que no rectifican, pero se deja anular por sus compañeros de Gobierno: parece humildad, aunque ella misma no dé esa sensación. A mí no me importaría que se redujese la edad penal -dentro de que odio el sistema penal, las cárceles, los calabozos- si se redujese la edad de todo. Incluyendo la de la mayoría. Pero eso no pasa: se trata, por el contrario, de alzar la edad de disponer de uno mismo, de decidir y actuar, pero en cambio reducir la de los castigos. Quizá por las mismas razones. Ha rectificado el Gobierno, precedido por el escándalo que han mostrado los juristas: ha acertado.

(En este periódico, una frase de una naturalidad prodigiosa, pero es que sus protagonistas son ingleses. Cuando la niña Emma, embarazada a los quince anos, se lo comunicó a sus padres, éstos dijeron: "Nos molestamos un poco. Pero no era más que una niña de quince años en estado, probablemente como miles". Ah, no sé lo que dijeron los padres de Sean, el chico-padre: tiene once años. A esa edad yo ya tiene había enamorado, incluso más de una vez: pero no tuve esa suerte).

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