TOUR DE FRANCIA 97

Nadie espera a los últimos

Ni aunque se llamen Zenon Jaskula y sea un día especial. Los últimos, y no el primero, sí que llegan solos. Más de cuarto de hora hacía por lo menos que los del pelotón en bloque habían tomado al asalto las duchas de la meta. Fue el día de más calor del Tour y llegaban todos tan sudorosos y despistados que parecía que ya se habían echado baldes de agua por encima.Fuera de la bicicleta, los ciclistas son como patos fuera del agua. Miran y no ven. A menos que les apareciera algún masajista ni sabían dónde tenían que ducharse. Ya estaban, frescos como una rosa, casi esperando en sus coches para i...

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Ni aunque se llamen Zenon Jaskula y sea un día especial. Los últimos, y no el primero, sí que llegan solos. Más de cuarto de hora hacía por lo menos que los del pelotón en bloque habían tomado al asalto las duchas de la meta. Fue el día de más calor del Tour y llegaban todos tan sudorosos y despistados que parecía que ya se habían echado baldes de agua por encima.Fuera de la bicicleta, los ciclistas son como patos fuera del agua. Miran y no ven. A menos que les apareciera algún masajista ni sabían dónde tenían que ducharse. Ya estaban, frescos como una rosa, casi esperando en sus coches para ir al aeródromo de Perpiñán, donde luego cogerían el avión a Saint Etienne, cuando Zenon Jaskula, uno de los últimos, cruzó la línea de meta. Hasta Desbiens ya sabía que le habían regalado el triunfo y Utschakov mostraba su malhumor. Guimard, por fin sonriente, atendía a la prensa.

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Más ciego que ninguno, más despistado, Jaskula. A su lado, los comisarios, impacientes por haber tenido que esperar tanto, miran el reloj esperando que llegue otro pelotón anunciado, el último gruppetto, un grupo de ocho en el que marchan Zarrabeitia y Cuesta, para levantar a toda prisa sus bártulos y largarse a elaborar la clasificación. Los empleados se ponen a levantar las vallas. La etapa, por fin, ha terminado.Y Jaskula, no lo olviden, aquel polaco que terminó tercero en el Tour del 93, se queda solo. Nadie del Mapei, el equipo en el que agota sus días, nadie del tour. Nadie le dice nada. Da vueltas con la bicicleta hasta que un periodista le dice: las duchas son por allí.

"Esto es el Tour", es la frase que lo. explica todo. Los traslados forman parte de las etapas. Hay que tenerlo pensado en la planificación de la carrera. Y los ciclistas son mayorcitos. Y hoy es día del descanso, que no se, quejen.

Los 470 kilómetros que separan Perpiñán de Saint Etienne, donde mañana se disputará la primera contrarreloj larga, los harán, además, en avión. Qué lujo.

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