Desprecio hacia los malos conductores

Madrid Frente al tenebrismo, amor. Donde había imágenes truculentas, de accidentes, las de ahora reflejan gestos de solidaridad y amistad. Esta invocación a los sentimientos y la virtud son los rasgos dominantes de la nueva campaña que la Dirección General de Tráfico comenzará a emitir por las cadenas de televisión a partir del próximo fin de semana.Las escenas de horror asociadas a los riesgos de la carretera han pasado a la historia. No porque se dude de su eficacia. "Habíamos llegado a un techo de agresividad que apenas quedaban opciones, salvo la de aumentarla aún más, y no tiene sentido"....

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Madrid Frente al tenebrismo, amor. Donde había imágenes truculentas, de accidentes, las de ahora reflejan gestos de solidaridad y amistad. Esta invocación a los sentimientos y la virtud son los rasgos dominantes de la nueva campaña que la Dirección General de Tráfico comenzará a emitir por las cadenas de televisión a partir del próximo fin de semana.Las escenas de horror asociadas a los riesgos de la carretera han pasado a la historia. No porque se dude de su eficacia. "Habíamos llegado a un techo de agresividad que apenas quedaban opciones, salvo la de aumentarla aún más, y no tiene sentido". Carlos Muñoz-Repiso, responsable de la DGT, ha optado por una nueva estrategia que rompe con la línea iniciada en 1992. La de este año, realizada por McCan Erickson, la misma agencia que hizo la de la temporada pasada, busca pulsar la sensibilidad de los familiares y amigos de los conductores imprudentes para que repudien su comportamiento. Un espejo del reproche social del que son víctimas los fumadores en Estados Unidos.

Está demostrado, dice Muñoz-Repiso, que en la corta duración de un spot de televisión apenas cabe información. La eficacia reside en el mensaje. Y nada mejor que trasladar sentimientos como motivar a la población hacia la aceptación positiva de las normas viales para evitar los accidentes y sus trágicas consecuencias, transmitir la idea de que los accidentes se pueden evitar y lograr que los infractores no se sientan héroes.

Ejemplo de un síntoma de amistad. La chica le dice a un chico con casco a bordo de una moto: "Venga, vamos". Él le responde: "¡Oye! ¿Y el casco?". Ella, con la melena rubia desplegada al aire, con cara de no querer estrujársela: "Pero venga, tío, si parezco la hormiga atómica". El insiste: "Pues no vamos". Responde airada: "¿Cómo? ¡Será posible!".

La escena continúa con imágenes de un percance engarzadas a la voz de un locutor: Demuestra tu amistad. Si cometemos, permitimos y hasta celebramos las imprudencias, todos somos culpables de las muertes absurdas que dejan sin amigos a miles de personas. La solución también está en tus manos".

Esta búsqueda de la complicidad de la esposa, el novio o la amiga para persuadir a los infractores de que su conducta es reprobable es el motivo central de los nueve supuestos de que consta la campaña; ocho con protagonistas varones, sólo uno encarnado por una mujer.

Con un coste de 2.100 millones de pesetas, la campaña se emitirá hasta final de año en cadencias ajustadas a las jornadas de desplazamientos masivos de automovilistas. La primera se producirá el próximo fin de semana, inicio de las vacaciones veraniegas. Según Muñoz-Repiso, este año los riesgos de accidentes serán mayores porque continúa incrementándose el parque de automóviles. Durante el mes de mayo sólo en Madrid se han matriculado 25.000 vehículos nuevos, un 10% más que en 1996.

En otros países el fenómeno es similar y no por ello aumentan los accidentes, se le ha reprochado al director de la DGT. Él confía en la efectividad de la campaña publicitaria para persuadir a los conductores de que sean prudentes, paren si están cansados, no conduzcan si han bebido y ajusten la velocidad al diseño de las carreteras por donde circulan.

El punto de partida no es esperanzador. En lo que va de año las estadísticas arrojan siete víctimas mortales más (1.754 hasta el día 25) que en el mismo periodo de 1996. Una tendencia creciente, a pesar de los descensos continuados en los primeros años de la década de los noventa.

Sobre la sustitución de las matrículas actuales o el incremento de la velocidad por encima de los 120 kilómetros por hora en autopistas y autovías, Muñoz-Repiso no ha ofrecido novedades. Lo primero no depende de él; lo segundo está pendiente del informe que dictamine un equipo de expertos el próximo 10 de julio.

Archivado En