DOS HOMBRES CONTRA EL TIEMPO

La bala contra el taladro

Donovan Bailey y Michael Johnson dirimen el título de atleta más rápido del mundo con dos millones de dólares por medio

El atletismo comienza una nueva era hoy en Toronto, donde e estadounidense Michael Johnson, plusmarquista mundial de 200 metros (19,32s), y el canadiense Donovan Balley, recordman de 100 metros (9,84s), disputan algo más que el reinado de la velocidad. Es un mano a mano sin otros invitados y con un premio global de dos millones de dólar es (unos 280 millones de pesetas) por un trabajo de apenas quince segundos sobre 150 metros. Pero por encima de determinar al atleta más rápido del mundo está la inauguración de una fórmula que pretende conseguir audiencia y dinero para el mundo del atletismo, ...

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El atletismo comienza una nueva era hoy en Toronto, donde e estadounidense Michael Johnson, plusmarquista mundial de 200 metros (19,32s), y el canadiense Donovan Balley, recordman de 100 metros (9,84s), disputan algo más que el reinado de la velocidad. Es un mano a mano sin otros invitados y con un premio global de dos millones de dólar es (unos 280 millones de pesetas) por un trabajo de apenas quince segundos sobre 150 metros. Pero por encima de determinar al atleta más rápido del mundo está la inauguración de una fórmula que pretende conseguir audiencia y dinero para el mundo del atletismo, que vive días de postración en Estados Unidos. El duelo supone también un duelo televisivo contra el primer partido de la final de la NBA. Si la audiencia responde, la fórmula cobrará interés para los patrocinadores, que han encontrado en la carrera de Toronto todos los ingredientes ideales para el éxito: la fascinación por la velocidad, la pugna entre Canadá y Estados Unidos y la personalidad de dos hombres contrapuestos. Bailey es el hombre extrovertido y retador. Johnson es el método, la eficacia y el último bastión de la velocidad estadounidense, un atleta que se manifestaba con absoluta seguridad en las vísperas de la carrera.Para tratarse de un hombre que está a punto de ganar un millón de dólares por un esfuerzo de menos de 15 segundos, Michael Johnson se muestra extraordinariamente pesimista. "Para serle sincero, lo único que se demostrará es que ese día [hoy] y a esa hora, puedo derrotar a Donovan Bailey en los 150 metros. Los demás decidirán si soy el hombre más rápido del mundo o no, pero no hay forma de demostrar eso, porque no es como salir y ganar una medalla de oro o establecer un récord mundial. Es puro espectáculo".

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El espectáculo tendrá lugar en el SkyDome de Toronto, la ciudad natal de Bailey, hoy 1 de junio. La pareja ya se ha embolsado medio millón de dólares por cabeza sólo por su participación y, aunque originalmente se anunció que sería una carrera de "todo para el ganador", Bailey ha reconocido que el premio de un millón de dólares será compartido aunque, como es natural, la mejor tajada se la llevará el ganador.

Después de sus sorprendentes proezas olímpicas en Atlanta el verano pasado -cuando se convirtió en el primer hombre en ganar el doblete de 200 y 400 metros y establecer un extraordinario récord mundial de 19,32 segundos en la distancia más corta- Nike le ofreció un contrato hasta los Juegos Olímpicos de Sidney del año 2000 que le reportará, como se ha reconocido, 12 millones de dólares netos -1.680 millones de pesetas-. Pero, según su agente, "con las primas debería alcanzar los 20 millones de dólares".

No llega exactamente a la altura de Tiger Woods, pero no está mal para un hombre que practica un deporte que, hablando en términos de la televisión de EE UU, tiene más o menos tanto tirón como el canal del tiempo. Ésa es otra cosa que quiere abordar Johnson. "Toronto es una gran oportunidad para el deporte en Norteamérica. Atraerá a gente y despertará un interés por el deporte que todavía no se da ahí. A la gente le interesará porque puede que haya visto los Juegos Olímpicos, que nos haya visto a mí y a Donovan y que quiera volver a vernos. Por otro lado, habrá personas que no sean aficionadas al atletismo, pero que al oír lo de 'el hombre más rápido del mundo' se interesarán. Me parece que es una gran oportunidad".

La carrera surgió de aquella deslumbrante final de 200 metros en Atlanta, cuando periodistas de EE UU dividieron sus 19,32 segundos por la mitad y así y todo seguía siendo más rápido que la marca mundial de 9,84 segundos establecida por el canadiense Bailey en los 100 metros. Eso pasaba convenientemente por alto el hecho de que salir de los calzos influye en los 100 metros más que en los 200, ya que la segunda mitad de éstos se empieza en plena carrera. De todas formas, para los medios de comunicación estrechos de miras y pueblerinos de EE UU, Johnson se convirtió en el hombre más rápido del mundo.

Dice que esperará hasta después de Toronto para decidirse sobre su programa para los campeonatos mundiales de Atenas que tendrán lugar en agosto.Probó (y ganó) el doblete olímpico en los campeonatos mundiales de Goteborg de 1995, pero dice que en Atenas se dedicará exclusivamente a una modalidad. En vista de su dominio de los 200 metros, los 400 serían la opción evidente. Se encuentra a una angustiosa décima de segundo de esa marca mundial. Pero no está de acuerdo. "La gente espera que bata el récord en 400 y quiere que me centre en eso. Pero yo nunca pienso, 'este año voy a centrarme en los 200 o en los 400 para poder batir el récord'. Si fuera así de fácil, habría batido el récord del mundo en los 200 hace años".

"Por ejemplo, en mis actuaciones de 1990 y 1991, todo el mundo creía que iba a batir el récord mundial en 200 entonces, pero tardé cinco o seis anos en conseguirlo finalmente. Podría dedicar una temporada entera a los 400 metros y no batir el récord del mundo. No, la modalidad que elija será aquella en la que los demás tipos me supongan un mayor reto. Compitiendo es como más doy de mí y como más me divierto".

Johnson acabó con éxito la carrera universitaria de negocios y marketing. También ha probado su suerte o, mejor dicho, su laringe, como comentarista de televisión. Después de Atlanta, se tomó un bien merecido descanso de invierno y, a continuación, en lugar de unirse a sus colegas en las pistas del circuito cubierto de EE UU, los vio y describió sus actuaciones desde la cabina de comentarista.

Pero no se pasó todo el invierno pasado descansando. Johnson también escribió una autobiografia titulada Slaying The Dragon, en su mayor parte un libro de buenas noticias, pero en el que a pesar de todo encontró sitio para criticar a Carl Lewls, el hombre que le precedió en las comparaciones con Jesse Owens. Johnson tacha a Lewis de ser "en varias ocasiones mal ganador, mal perdedor, alguien que ha antepuesto la promoción personal a las carreras y alguien que se imagina que está por encima de todos y de todo lo que le rodea".

La perfección

La cuestión más obvia después de una hazaña como la de Atlanta, es cómo va a impedir que el resto de su carrera, incluso de su vida, sea un anticlímax. "No tengo que impedirlo. En lo tocante al atletismo, los Juegos Olímpicos han terminado, hay que dejar eso atrás y continuar con la próxima carrera. Es lo mismo que debe hacer cualquier persona en su trabajo. Me gusta lo que hago, y mi naturaleza competitiva no me permitiría estar satisfecho con nada que no fuera ganar o hacerlo lo mejor que puedo. Durante la última temporada, no pensaba que estuviera entrenando sólo para los Juegos Olímpicos. Estaba entrenando para la temporada y los Juegos Olímpicos eran uno de los 20 acontecimientos del año".

En sus competiciones, Johnson no puede acercarse más a la perfección. Su marca en los 200 metros sacó casi medio segundo de ventaja al récord de velocidad registrado durante más tiempo y se adelantó bastante al siglo que viene. ¡Los expertos en estadística habían calculado que los 19,32 segundos se alcanzarían alrededor del año 2025! Y las probabilidades en contra de que bata la marca en los 400 metros deben ser mucho más bajas que las que tiene en contra Woods en las cuatro principales.

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