Ricart rompe a llorar al oír el informe forense del "caso Alcásser"

Miguel Ricart perdió ayer el control y rompió a llorar de rabia e impotencia. Los forenses que realizaron el primer informe psicológico y psiquiátrico del acusado aseguraron en el juicio por el triple crimen de Alcàsser que no advirtieron signos de maltrato físico cuando le entrevistaron poco después de su detención, en enero de 1993. Con el rostro crispado, Ricart no soportó que negaran las señales de las supuestas torturas de la Guardia Civil, que ha denunciado insistentemente, y se golpeó la frente con los puños.Ricart comenzó a inquietarse cuando los dos forenses iniciaron el repaso a su i...

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Miguel Ricart perdió ayer el control y rompió a llorar de rabia e impotencia. Los forenses que realizaron el primer informe psicológico y psiquiátrico del acusado aseguraron en el juicio por el triple crimen de Alcàsser que no advirtieron signos de maltrato físico cuando le entrevistaron poco después de su detención, en enero de 1993. Con el rostro crispado, Ricart no soportó que negaran las señales de las supuestas torturas de la Guardia Civil, que ha denunciado insistentemente, y se golpeó la frente con los puños.Ricart comenzó a inquietarse cuando los dos forenses iniciaron el repaso a su informe, que revela que el acusado no sufre ninguna enfermedad mental ni padece alteraciones que puedan mermar su capacidad "de conocer y obrar". Los peritos recalcaron que durante las dos entrevistas que mantuvieron con el procesado -en fechas cercanas al descubrimiento de los cadáveres de Míriam. García, Antonia Gómez y Desirée Hernández en una fosa de La Romana (Tous)- éste se mostró tranquilo, respondió a las preguntas con espontaneidad y no expresó temor o ansiedad por presuntas amenazas o malos tratos.

Los forenses le describieron como una persona egocéntrica y poco responsable y resaltaron su "falta de autocrítica". Ricart tiene una "acusada capacidad" de justificar su comportamiento, en situaciones comprometidas traslada la responsabilidad de sus actos a terceros y recurre así a un "arrepentimiento intelectualizado" como "argucia o mecanismo de defensa psicológica", explicaron los peritos. Durante las entrevistas, Ricart reconoció su implicación en el rapto, violación y asesinato de las tres niñas, desaparecidas el 13 de noviembre de 1992, y afirmó que era consciente de todo lo que Ocurria.

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