GENTE

NUEVOS GUATEQUES

Un centenar de hijos de papá, lo mejor de cada casa de Milán, con edades que oscilan entre los 16 y los 18 años, forma parte de una banda que se dedica a desvalijar pisos aprovechando que en ellos se celebran fiestas, algunas de sus propios compañeros de colegio. La moda, que, según reconoce la policía, está relativamente extendida y ha tocado también otras ciudades italianas, no había sido denunciada. formalmente hasta que lo más granado de los herederos del pijerío milanés limpió el domicilio del cantautor Roberto Vecchioni, donde tenía lugar una fiesta en honor de su hij...

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Un centenar de hijos de papá, lo mejor de cada casa de Milán, con edades que oscilan entre los 16 y los 18 años, forma parte de una banda que se dedica a desvalijar pisos aprovechando que en ellos se celebran fiestas, algunas de sus propios compañeros de colegio. La moda, que, según reconoce la policía, está relativamente extendida y ha tocado también otras ciudades italianas, no había sido denunciada. formalmente hasta que lo más granado de los herederos del pijerío milanés limpió el domicilio del cantautor Roberto Vecchioni, donde tenía lugar una fiesta en honor de su hija Carolina. En ausencia de sus padres, Carolina abrió la puerta a los vándalos -algunos de ellos, compañeros suyos-, que se llevaron joyas, relojes, platería y todo lo de valor que encontraron por medio. Vecchioni ha denunciado a los asaltantes, mientras la policía culpa de semejante moda a los padres de los alumnos -algunos, de los mejores colegios de la capital lombarda-, quienes se limitan a comentar que "son cosas de muchachos". Entre ellos hay varios hijos de parlamentarios y de periodistas. Al cantautor le han devuelto el producto del saqueo, pero muchos progenitores han empezado a organizarse en plan comando para ponerse a la puerta de los guateques de los niños y dar un pescozón al primer adolescente al que pillen con un cenicero de plata o llevándose la sortija de la abuela.-

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