Crítica:

Nuestras vidas son los ríos

Miguel Ríos arrebata a Madrid en su vuelta a los escenarios

Pocas veces se escucha una ovación tan intensa, apasionada y serena como la que anoche brindó Madrid a Miguel Ríos en el Palacio de Congresos, abarrotado, caliente, y emocionado Como si fuera la primera vez, título del último disco del cantante granadino. Hubo abrumadora demanda de entradas desde varios días antes. Los reventas se forraron. Si se repitiera el concierto, llenaría de nuevo varias veces.El poderoso concierto comenzó con una versión instrumental vertiginosa de En forma. Glenn Miller se hubiera emocionado al escucharlos. Y cuando Miguel irrumpió -traje gris, camis...

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Pocas veces se escucha una ovación tan intensa, apasionada y serena como la que anoche brindó Madrid a Miguel Ríos en el Palacio de Congresos, abarrotado, caliente, y emocionado Como si fuera la primera vez, título del último disco del cantante granadino. Hubo abrumadora demanda de entradas desde varios días antes. Los reventas se forraron. Si se repitiera el concierto, llenaría de nuevo varias veces.El poderoso concierto comenzó con una versión instrumental vertiginosa de En forma. Glenn Miller se hubiera emocionado al escucharlos. Y cuando Miguel irrumpió -traje gris, camisa gris, alma de todos los colores- el público se lo quería comer. Porque se le ama como artista y como persona.

El concierto fue una ensoñación de los mejores momentos del rock and roll. Sonido perfecto, luz adecuada, ritmo total. Y la gente, feliz, alucinada. Miguel Ríos controla con toda potencia una madurez en su punto. "No estoy mal para los años que tengo", contestó el cantante a un piropo espontáneo de una espectadora extasiada.

Miguel es un viejo zorro sentimental. Su gira por teatros de toda España ha sido calificada de "romántica" por el propio artista. Todos esperábamos un concierto muy acústico, íntimo. Pero la orquesta de 16 músicos era algo mucho más que eso. Sería obligatorio citar a todos, porque dejaron al respetable anonadado. Por cuestiones de espacio, sólo nombraremos a John Parsons (guitarra), Pablo Salinas (teclados, guitarra y coros), Cristina Narea (coros y guitarra acústica), Andreas Prittwizt (saxo, clarinete), Quique Perdomo (saxo alto, clarinete).

Hubo momentos verdaderamente intensos, muchos: Mientras el cuerpo aguante, Como si fuera la primera vez, su magnífica versión de Penélope, No estás sola, El ruido de fondo, Todo a pulmón... Pero la cima del concierto estuvo en la impresionante versión que Miguel hizo de Santa Lucía, coreada por todo el público, o la interpretación en castellano de Stormy weather, con sombrero incluido.

Hay que destacar, obligatoriamente también, los magníficos arreglos musicales a cargo de cuatro músicos de fuste: Javier López de Guereña, Pablo Salinas, Miguel Ángel Blanco y El Reverendo. Un lujo al servicio del artista.

Miguel Ríos está impresionante de voz, está impresionante de ganas, está impresionante de arte. La gira, que comenzó el pasado día 4 en Granada, terminará el día 3 de mayo en el teatro de La Maestranza de Sevilla. Antes cantará en Zaragoza, Valencia, Murcia, La Coruña, Bilbao y Barcelona.

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Cantó 18 temas en principio, pero el público se lo comía. Hubo que hacer varios bises, que terminaron con el Himno a la alegría y la versión a capella del tangazo Ansiedad, un homenaje a Nat King Cole.

El acto fue también una velada social con rockeros anónimos de toda la vida y personalidades como la infanta Margarita, Ana Belén y Jesús del Pozo, entre otros.

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