El banquete del siglo

En 'Jockey, historia de un restaurante', Lorenzo Diaz resume un siglo de gastronomía madrileña

En 1945, tiempo de hambrunas, y sequías pertinaces, de racionamientos y estraperlo, pan negro y puré de algarrobas, abre sus puertas en Madrid el restaurante Jockey, templo de la alta cocina donde aprenderán a comer sin equivocarse con la cubertería los bárbaros vencedores de la contienda reciente, domesticando sus furias en la compañía de los triunfadores de siempre, los vástagos de la aristocracia y de la oligarquía, que se han refugiado bajo la protección gastronómica del Clodoaldo Cortés para huir precisamente de la promiscuidad forzosa con los nuevos ricos, extraperlistas nacidos a la som...

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En 1945, tiempo de hambrunas, y sequías pertinaces, de racionamientos y estraperlo, pan negro y puré de algarrobas, abre sus puertas en Madrid el restaurante Jockey, templo de la alta cocina donde aprenderán a comer sin equivocarse con la cubertería los bárbaros vencedores de la contienda reciente, domesticando sus furias en la compañía de los triunfadores de siempre, los vástagos de la aristocracia y de la oligarquía, que se han refugiado bajo la protección gastronómica del Clodoaldo Cortés para huir precisamente de la promiscuidad forzosa con los nuevos ricos, extraperlistas nacidos a la sombra alargada y fúnebre de un régimen cuyo invicto caudillo nunca pasó de la tortilla preparada en las cocinas de El Pardo por un benemérito chef de la Guardia Civil a la hora de la cena.En Jockey, historia de un restaurante,, el escritor Lorenzo Díaz, con minuciosidad de historiador, enjundia de sociólogo y amenidad de narrador consumado, traza la biografía social y culinaria de una época vista desde los mullidos asientos de un restaurante clave en la crónica de la ciudad, obra personalísima y maestra de su propietarío, Clodoaldo Cortés, un personaje singular y arquetípico en cuya trayectoria personal, inseparable de la profesional, se funden las ibéricas esencias de la picaresca con las peripecias de una historia de Hollywood, la vida de un legítimo self made man a la americana, un hombre hecho a sí mismo, hijo de humildes labradores salmantinos, que a los 14 años dejó el campo para comerse la ciudad y acabó dando de comer a sus próceres ya sus magnates.

De la trastienda de una galdosiana tienda de, ultramarinos en el Madrid de los años veinte Clodoaldo, Cortés pasó a vender tabaco y a hacer pequeños préstamos a los clientes del casino de La Parisien, siguiendo ancestrales costumbres de la profesión.

Cortés pasó luego a trabajar. al recién inaugurado hotel Palace de Madrid gracias a una recomendación del eximio humorista Julio Camba, que canceló sus deudas con Cortés a cambio del enchufe. El Palace y el Ritz en Madrid, el Alfonso XIII de Sevilla, el Claridge y el Maxim's de París y el Negresco de Niza fueron emblemáticos centros de aprendizaje para el joven charro.

El libro de torenzo Díaz resume la historia culinaria madrileña del último siglo. Es también la crónica de Lhardy, Horcher, Casa Lucio o de Chicote.

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