GENTE

SERIEDAD DE NEGOCIO

Camille es una joven de Estocolmo que anuncia en algunas revistas sus servicios como masajista y ha presentado una curiosa demanda en los tribunales contra un cliente que faltó a la cita. Tras haber reservado hora y acordado el precio para una sesión que incluía una amplia variedad de "especialidades de la casa", el cliente, que tuvo que dejar sus senas personales, no apareció según lo convenido. Camille, que se sabe al dedillo las reglas de la economía de mercado, sostiene que el cliente debe pagar de todos modos "la consulta", tal como ocurre cuando un paciente reserva hora en el médico, el ...

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Camille es una joven de Estocolmo que anuncia en algunas revistas sus servicios como masajista y ha presentado una curiosa demanda en los tribunales contra un cliente que faltó a la cita. Tras haber reservado hora y acordado el precio para una sesión que incluía una amplia variedad de "especialidades de la casa", el cliente, que tuvo que dejar sus senas personales, no apareció según lo convenido. Camille, que se sabe al dedillo las reglas de la economía de mercado, sostiene que el cliente debe pagar de todos modos "la consulta", tal como ocurre cuando un paciente reserva hora en el médico, el dentista o el pedicuro y no comparece. Argumenta para ello no sólo que perdió la posibilidad de concertar otra cita, sino que empleó tiempo y gastó en prepararse adecuadamente para un encuentro íntimo. El tribunal dirá ahora la última palabra.-

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