FÚTBOL 29ª JORNADA DE LIGA

Los jóvenes dan alas al Sevilla

Rubio rompe la racha de cinco derrotas y logra ante el Sporting su primer triunfo

El Sevilla vuelve a ser penúltimo y ayer su afición comprobó en sus carnes cómo se vive la alegría en la casa del pobre Pendientes de un gol, de un minuto, de un suspiro. A Julián Rubio le salió bien la apuesta. Era valiente desde, el principio Dejó a titulares hasta ahora indiscutibles, en el banquillo y sacó de entrada. a medio filial jalonado por unos extranjeros apesadumbrados por la duda, por el estado de zozobra permanente.Los yogurines eran los locales y enfrente tenían a un Sporting envuelto en una confusión permanente que tiene todas, las papeletas para pasarlo muy mal en lo q...

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El Sevilla vuelve a ser penúltimo y ayer su afición comprobó en sus carnes cómo se vive la alegría en la casa del pobre Pendientes de un gol, de un minuto, de un suspiro. A Julián Rubio le salió bien la apuesta. Era valiente desde, el principio Dejó a titulares hasta ahora indiscutibles, en el banquillo y sacó de entrada. a medio filial jalonado por unos extranjeros apesadumbrados por la duda, por el estado de zozobra permanente.Los yogurines eran los locales y enfrente tenían a un Sporting envuelto en una confusión permanente que tiene todas, las papeletas para pasarlo muy mal en lo que queda de campeonato. Rubio rebajó susitancialmente la edad media del equipo, lo remozó de forma revolucionaria en un psicoanálisis colectivo . aplaudido por la afición. El sevillismo está con el equipo. Sólo están con el equipo. La grada de los biris era Triana pura : gritos contra el presidente contra el ex-presidente, contra la policía: Vítores a unos futbolistas que tenían ante sí un reto descomunal: acabar con la racha, de cinco derrotas consecutivas que tuvo como punto de inflexión la noche de Otumba de Carlos Salvador Bilardo.

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El Sevilla salió con rabia y energía. Forzó en la primera arte más saques de esquina que en varios partidios anteriores. Acorraló al Sporting, lo desbordó en las bandas. Tenía que acompasar los ritmos, porque la velocidad de Luque II -un derroche de entrega y de astucia- era compañera de la parsimonia del griego Tsartas.

En la línea medular, Almeyda intentaba por enésima vez ganárse e crédito.

Terminaba la primera parte sin goles. Y empezaba la segunda con una remodelación del Sporting: Benito Floro daba a Luna y el costarricense Ronald Gómez en lugar de Bango y Lediakhov. Decisión que no extrañaba porque los salientes estaban jugando con, velocidad de carretas rocieeras.El Sporting se benefició del recambio y disfruto de unos minutos de confuso dominio.No era hegemonico, pero sí preocupante.El Sevilla no necesita de psicologos en los primeros compases de esta reanudación. La izquierda de Tsartas, que tanto prometía, esta vez cumplió batiendo a Ablanedo de libre indirecto.

Julián Rubio recurrió a los clásicos.Sacó a Martagón y Rafa Paz por Velasco y Loren, dos de los canteranos.Era la hora de apuntillar, de ganar una de las muchas, finales que quedan para conseguir el milagro y evitar el desaguisado. El Sporting se quedó sin rusos y fue el Sevilla el que decidió hacer la revolución: José Mari burló el fuera de juego aprovechó un excelente pase de Luque II y batió a Ablanedo.Dos goles de ventaja.Un auténtico ejercicio, de gula en una temporada de dietas y hambrunas.

Por eso la afición y el propio equipo se vieron inmersos en su propio miedo escénico cuando la cabeza de Ronald Gómez perforó la portería de Unzué en el tiempo de descuento. Una emoción innecesaria, un suspense no querido.

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