Tribuna:

El Casino

"Por aquel tiempo, quedó derrocado el Antiguo Régimen, rotas las famosas caenas... En cambio, nació la democracia, se fundó el Casino de Madrid y empezaron las damiselas a beber vinagre y a suspirar hondo por guedejudos y melancólicos mancebos que poblaban el aire de estrofas trovadorescas cuando rondaban los balcones de su dama a los lívidos resplandores de la Luna". En esta prosa y con el seudónimo de Juan de la Corte escribió don Prudencia Rovira y Pita en 1902 un delicioso librito sobre la historia del Casino desde su fundación en 1836. Por iniciativa de su actual presidente, el emb...

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"Por aquel tiempo, quedó derrocado el Antiguo Régimen, rotas las famosas caenas... En cambio, nació la democracia, se fundó el Casino de Madrid y empezaron las damiselas a beber vinagre y a suspirar hondo por guedejudos y melancólicos mancebos que poblaban el aire de estrofas trovadorescas cuando rondaban los balcones de su dama a los lívidos resplandores de la Luna". En esta prosa y con el seudónimo de Juan de la Corte escribió don Prudencia Rovira y Pita en 1902 un delicioso librito sobre la historia del Casino desde su fundación en 1836. Por iniciativa de su actual presidente, el embajador García Miranda, el Casino ha publicado en facsímil este inencontrable libro que no se limita a narrar los orígenes y desarrollo de esta institución madrileña, sino que describe el clima social de la época.Un grupo de prohombres conservadores -entonces les llamaban "moderados"- contertulios del Café de Sólito fundaron el Casino y se instalaron en la calle de la Visitación, junto al convento de monjas de este nombre. Tuvieron luego su sede en la calle del Príncipe, en la Carrera de San Jerónimo, en Alcalá, hasta que, en 1910, se inauguró en la misma calle el actual edificio, uno de los más bellos de Madrid, obra de Farge, Esteve y López Salaberry.

Con motivo de las revoluciones y pronunciamientos del siglo XIX y sobre todo la Gloriosa de 1868, el Casino adquirió un matiz más liberal, sin dejar su componente moderado. Allí se reunieron "Ias más encontradas ideas".

Hasta hace muy pocos años, no se ha autorizado el ingreso de mujeres como socios. Juan de la Corte cuenta que dos damas aristócratas quisieron en una ocasión "espiar" a los caballeros mientras jugaban. Se situaron en las claraboyas de los ventiladores y el humo les hizo sufrir una fuerte irritación en ojos y garganta.

Hoy celebra el Casino felizmente su 161 cumpleaños, con la misma animación que cuando desfilaban por sus salones "patricios famosos, generales intrépidos, artistas eminentes, hombres de mundo célebres por sus aventuras y excentricidades".

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