Tribuna:ESTAMPAS COTIDIANAS

Días inolvidables

Me costará olvidar mi debut en la Copa Federación. Creo que, de alguna forma, aquellos. días que pasé en Bélgica han marcado mi vida. Defender a España es uno de los objetivos para cualquier deportista. Y cuando me enteré en Australia de que Conchita Martínez no podía jugar por estar lesionada, pensé que a lo mejor había llegado mi hora.Una llamada de Mico Margets, el capitán del equipo español, me lo confirmó a los pocos días. Lejos de sentirme agobiada por la responsabilidad, fui positivando todos los acontecimientos que se produjeron a partir de aquel momento.

Cuando llegamos a Sprim...

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Me costará olvidar mi debut en la Copa Federación. Creo que, de alguna forma, aquellos. días que pasé en Bélgica han marcado mi vida. Defender a España es uno de los objetivos para cualquier deportista. Y cuando me enteré en Australia de que Conchita Martínez no podía jugar por estar lesionada, pensé que a lo mejor había llegado mi hora.Una llamada de Mico Margets, el capitán del equipo español, me lo confirmó a los pocos días. Lejos de sentirme agobiada por la responsabilidad, fui positivando todos los acontecimientos que se produjeron a partir de aquel momento.

Cuando llegamos a Sprimont, en el desayuno Gala León me tiró el azúcar por encima. "Tienes que pagar la novatada" me dijo. El jueves por la noche el capitán nos reunió y me dijo que disputaría los individuales. Sentí una gran alegría. Por ranking me tocaba, pero no estaba segura de poder jugar, porque no tenía ninguna experiencia. El viernes se produjo el sorteo, con las cámaras de televisión, con tanta gente haciéndome preguntas. Todo era nuevo para mí. No esperaba que eso me ocurriera tan pronto.

El viernes por la noche hubo una cena oficial para los equipos y tuve que hablar públicamente en inglés, porque Arantxa atendía una llamada. Fue un agobio. Después cogió la palabra Mico y me dijo: "Magüi, felicidades porque hoy has crecido como persona y mañana lo harás como jugadora". Me emocioné. Sus palabras me dieron confianza.

Por la noche dormí bien. No suelo presionarme por los partidos, al menos hasta 10 minutos antes. Y el sábado por la mañana me desperté cuando llamaron a la puerta de mi habitación y topé con un ramo de flores. Lo enviaba el traductor belga que nos habían designado al equipo español, Jean Paut, con una felicitación. Era el día de mi 18º aniversario y el de mi debut en la Copa Federación.

Me sentía segura, confiada. Cuando vi que Arantxa perdía su partido pensé que todo se ponía más difícil. Pero no me paré mucho en eso. Ni me puse nerviosa. Sabía que debutaba, que jugaba contra la 19ª del mundo y nadie podía esperar mucho de mí.

Cuando salté a la pista estaba tensa y los nervios me duraron todo el primer set. Hasta que me calmé. "Esto es un partido normal y corriente" me dije. Logré meterme mucho en el partido y ganar el segundo set, y cuando le rompí el saque a Appelmans en el tercero [para el 0-1] pensé que tenía el partido en la mano, porque sólo tenía que ganar mi servicio. Pero perdí.

En el vestuario todos me felicitaron y Margets me dijo que había demostrado que su elección fue correcta. El domingo, tras haber cedido ya la eliminatoria, me sentía muy desmotivada y volví a perder.

-Por la noche en la cena de despedida del equipo, me regalaron un pastel de cumpleaños. Agradecí a Mico que me hubiera elegido y a todas mis compañeras lo bien que me acogieron. Comenzaron a tirarme servilletas y a tratarme cariñosamente de mentirosa y pelota. Fue un final muy feliz de unos días inolvidables.

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