Tribuna:ESTAMPAS COTIDIANAS

Fue en los toros

Después de ser director deportivo desde 1974 hasta 1995, y habiendo visto cómo otros buenos directores (Vélez, Barrutia, Carrasco, Linares, Rupérez, entre otros, y últimamente Juan Fernández), y sabiendo lo difícil que es hoy en día tener un patrocinador serio, llegas a pensar que a ti no te coge el virus y que estás vacunado. Pero, hete aquí que en el 95, a finales de mi contrato con Banesto, llegué a un compromiso con otro equipo, el Kelme, para ir con mi gente. Pero al ver cómo se desarrollaban los acontecimientos y la falta de seriedad, no tuve fuerza moral para dejar de lado a mis auxilia...

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Después de ser director deportivo desde 1974 hasta 1995, y habiendo visto cómo otros buenos directores (Vélez, Barrutia, Carrasco, Linares, Rupérez, entre otros, y últimamente Juan Fernández), y sabiendo lo difícil que es hoy en día tener un patrocinador serio, llegas a pensar que a ti no te coge el virus y que estás vacunado. Pero, hete aquí que en el 95, a finales de mi contrato con Banesto, llegué a un compromiso con otro equipo, el Kelme, para ir con mi gente. Pero al ver cómo se desarrollaban los acontecimientos y la falta de seriedad, no tuve fuerza moral para dejar de lado a mis auxiliares (modelo de auxiliares). Así que, sin pensarlo dos veces, tiré por la calle del medio y me desvinculé del acuerdo.Gracias a Dios que me la jugué y no titubeé. Por primera vez me quedaba sin equipo, pero lo hice por varias razones, sobre todo porque, a mi modo de ver, en la vida hay que saber guardarse el orgullo a tiempo, pero la dignidad no hay que dejar que te la toquen.

Así que me pongo por entonces, septiembre del 95, a hacer muchas y nuevas gestiones para encontrar un nuevo patrocinador. Sin éxito.

1996 me deparó nuevos y buenos amigos con los que comparto cosas que antes no había compartido y que me han enriquecido, y mucho. Sin ser director y sin equipo también se puede ser feliz.

Pero la casta no me deja rendirme, me dio aliento para seguir en la pelea hasta que llegó el premio. El premio, no a mi trabajo ni a mi mérito, sino el premio para mi gente y por haber sabido decir no cuando a uno le tocan la dignidad.

¿Qué hay que hacer para encontrar un patrocinador> Nosotros hicimos un dossier, un buen dossier titulado El ciclismo como vehículo publicitario, en el que se informaba, con datos reales de medición de audiencia, del rendimiento publicitario de un equipo ciclista. Además acompañabamos un vídeo de 12 minutos con imágenes que corroboran lo ex puesto en el dossier y la belleza de este deporte. ¿Qué es el ciclimo como vehículo publicitario? Vende mejor que nadie imagen de marca. No es regional, es nacional e internacional. Es para todos los públicos y tiene mucha aceptación y audiencia por parte de los medios de comunicación y por parte del público. Hay un enemigo para la venta de este producto: las agencias de publicidad que no son partidarias porque somos vendedores directos y no intermediarios, y tampoco somos expertos en vender, sino en dirigir. Pero aún así a las firmas les gusta más hablar con nosotros que con las agencias porque, gracias a los medios de comunicación, somos más conocidos y conocemos mejor el producto. El ciclismo gusta a las empresas, pero son pocas las que asumen el factor riesgo que implica el patrocinio deportivo.

Desde septiembre de 1995 hago mi peregrinaje. Hago muchos contactos, pero veo que las empresas no se deciden. Decido instalarme tres semanas en Madrid y viajo. Pero nada. Hablo con un amigo, Arturo Reneses, que creó el equipo Seguros Amaya. Y le digo "Arturo, no te molestes, lo del vídeo está muy bien, pero si lo consigo será por casualidad. En alguna esquina, en alguna curva, en un bar, en un cine, tropiezas con alguien y ...".

Hago menos gestiones en 1996. Y me vuelve a llamar Arturo. Que ha hablado de mi en los toros con un amigo suyo y que está interesado, una persona de Seguros Vitalicio. Yo le digo a Arturo: "Me vas a perdonar, pero no hago ninguna gestión más". Insisten y de ahí sale un acuerdo para formar equipo . Así que le dije a Arturo: ¿te acuerdas de lo que te dije? No fue en una esquina, ni en un bar, ni en una curva, donde surgió la casualidad. Fue en los toros...".

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