Entrevista:

"Madrid pertenece, en lo musical, a Castilla-La Mancha"

Corría el año 1986 y el entonces coordinador de Cultura del distrito de Hortaleza, Rubén Caravaca, andaba de los nervios. "Rubén, que está otra vez por aquí ese Jaime Muñoz que dice tener un grupo de folclor castellano", le apuntaba a cada rato un Colaborador, y él, sin saber cómo diantres quitárselo de encima. "Seguro que es otro grupo de coros y danzas de cualquier asociación de vecinos", vaticinó. Se equivocaba. Aquel grupo entonces incipiente, La Musgaña, se hizo dos años después con el Premio Nacional de Folclore y hoy es uno de los grandes embajadores de la música tradicional español...

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Corría el año 1986 y el entonces coordinador de Cultura del distrito de Hortaleza, Rubén Caravaca, andaba de los nervios. "Rubén, que está otra vez por aquí ese Jaime Muñoz que dice tener un grupo de folclor castellano", le apuntaba a cada rato un Colaborador, y él, sin saber cómo diantres quitárselo de encima. "Seguro que es otro grupo de coros y danzas de cualquier asociación de vecinos", vaticinó. Se equivocaba. Aquel grupo entonces incipiente, La Musgaña, se hizo dos años después con el Premio Nacional de Folclore y hoy es uno de los grandes embajadores de la música tradicional española en Estados Unidos, donde les requieren para un par de giras anuales. Curtidos en decenas de mañanas dominicales en el Retiro, han grabado su último disco, Las seis tentaciones, para un sello donde comparten catálogo con bandas del prestigio de las finlandesas- Värtinä o los brasileños Boca Livre. Ahora pergeñan un gran concierto de celebración de su décimo aniversario, y Caravaca, por cierto, es en la actualidad uno de los mejores amigos -y admiradores- del grupo...Pregunta. ¿Tan desacreditado andaba el folclor castellano cuando empezaron?

Respuesta. Sí, y seguramente lo sigue estando. Se identifica esta música con los laúdes y la botella de anís y, claro, está mal vista. Nosotros éramos cuatro chicos de Madrid que escuchábamos de todo y decidimos probar con las melodías castellanas, aunque, por el tratamiento, a veces nos relacionan con el mundillo celta.

P. En el extranjero, ¿también se han encontrado mentalidades prejuiciosas?

R. Por allá sucede un fenómeno curioso: les hablan de un grupo español, piensan de inmediato en el flamenco y cuando nos escuchan no dan crédito a que esa música provenga de España.

P. Y entonces les cuelgan la etiqueta de world music...

R. Sí, pero no nos importa, porque esa catalogación carece de carga peyorativa. Lo malo es que cuando hacen festivales de música del mundo en España a nosotros no nos consideran como tal, por esa tontería que tenemos metida en el cuerpo en este país: los programadores traen artistas de lugares remotos y no se dan cuenta de que el folclor salmantino resulta tan exótico como el búlgaro o el africano.

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P. En términos musicales, ¿Madrid pertenece a Castilla?

R. Más en concreto a Castilla-La Mancha, sobre todo por el repertorio común de jotas y seguidillas. Y pueblos como Estremera tienen un folclor propio de esos que ponen los pelos de punta.

Las seis tentaciones está editado en discos Xenophile / Arpa FoIk.

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