La refundación del Banesto

, Como siempre, sólo se habló del Tour. Por primera vez en ocho años el equipo más representativo del ciclismo español -el ONCE es el mejor equipo español y el segundo mundial- se presentó en sociedad sin un vencedor de la carrera francesa en la tribuna. Sólo un equipo, el Telekom de Bjarne Riis puede en la actualidad exhibir ese lujo, pero en el caso del Banesto post Delgado y post Induráin esa pérdida de la costumbre no dejó de ser una novedad, una ruptura con el pasado. Pero en la tribuna presidencial, rodeado por Santi Blanco -que dicen que es el futuro-, Manuel Fernández Ginés -el ca...

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, Como siempre, sólo se habló del Tour. Por primera vez en ocho años el equipo más representativo del ciclismo español -el ONCE es el mejor equipo español y el segundo mundial- se presentó en sociedad sin un vencedor de la carrera francesa en la tribuna. Sólo un equipo, el Telekom de Bjarne Riis puede en la actualidad exhibir ese lujo, pero en el caso del Banesto post Delgado y post Induráin esa pérdida de la costumbre no dejó de ser una novedad, una ruptura con el pasado. Pero en la tribuna presidencial, rodeado por Santi Blanco -que dicen que es el futuro-, Manuel Fernández Ginés -el campeón de España-, José Miguel Echávarri -el director de siempre-, Eusebio Unzue -el hombre del volante- y Marino Alonso -el más veterano-, estaba Abraham Olano. O sea, que había que hablar de Tour. Fue la presentación del Banesto refundado, pero, a pesar de que el equipo sólo sea el 16º del mundo según la lista UCI y haya entrado por los pelos en la primera relación para el Tour, algunas cosas no cambian. Había que hablar de ganar el Tour.Puede que la transición no se produzca de la fluida manera que muchos habían soñado -por ejemplo, haciendo coincidir un año en el equipo a Induráin y Olano-, pero también es verdad que todos los presentes se sentían también maravillados: una vez más, el equipo de Echávarri ponía sobre la mesa a un español candidato para el Tour. "Estamos obligados", dijo Echávarri. "Hemos estado muchos años ilusionando a una gente, a un país, y sólo tenemos en la mente una pregunta: '¿cómo seguir haciéndolo?". Y por allí apareció Olano, que pronto cumplirá 27 años, la edad de madurez de un ciclista, para coger la carga. Pero antes que malestar por el peso que le ha caído encima, el guipuzcoano, Fichado al Mapei italiano, mostró una gran alegría y capacidad publicitaria. "Ya tenía ganas de volver a correr en casa", dijo el campeón del mundo de 1995. "Y más casa que Banesto, nada".

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Olano sólo piensa en el Tour. "Empezaré más flojo está temporada, en la que no tengo la responsabilidad de lucir con dignidad el maillot arcoiris", explicó, "para llegar al máximo al Tour. Después ya veremos cómo estamos para la Vuelta y el Mundial". Detrás del corredor de Anoeta, un año más entre los viejos que se han adaptado al papel de gregarios, y, sobre todo, para los jóvenes que llevan años prometiendo. Todos, buenas palabras: lo de otros años, aquéllos en que sólo Induráin rellenaba el palmarés del equipo, tiene que cambiar. Lo avisó el joven Santi Blanco: "Llevamos años aprovechando el paraguas de Induráin y no hemos sabido aprovechar los huecos que nos hacía en otras carreras. Y nos vamos haciendo mayores...".

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