El barco roto

Fiz Fernández y Rodrigo Tiebo fueron medalla de plata en el K-2 sobre 500 metros, bronce en 1.000 y cuartos formando parte del K-4, en los últimos Europeos júnior de Poznan (Polonia), que es casi como decir Mundiales. Incluso la plata se pudo convertir en oro, porque las 18 centésimas que les sacó el barco ruso, al que habían ganado en el Preeuropeo previo de Bratislava, fueron porque les perjudicó el viento. En piragüismo las calles son muchas veces decisivas.Pero, en cualquier caso, lo más importante fueron los tiempos, espléndidos para la categoría. Sus 1m 33s en el medio kilómetro no desme...

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Fiz Fernández y Rodrigo Tiebo fueron medalla de plata en el K-2 sobre 500 metros, bronce en 1.000 y cuartos formando parte del K-4, en los últimos Europeos júnior de Poznan (Polonia), que es casi como decir Mundiales. Incluso la plata se pudo convertir en oro, porque las 18 centésimas que les sacó el barco ruso, al que habían ganado en el Preeuropeo previo de Bratislava, fueron porque les perjudicó el viento. En piragüismo las calles son muchas veces decisivas.Pero, en cualquier caso, lo más importante fueron los tiempos, espléndidos para la categoría. Sus 1m 33s en el medio kilómetro no desmerecen de los séniors. Román y Sánchez fueron campeones del mundo en 1991 con 1m 31 s. El problema de este deporte, donde no hay sorpresas y los tiempos son inexorables, es que existe un salto al vacío entre categorías. Los júniors terminan a los 18 años y en piragüismo, aunque haya excepciones, no se empieza a alcanzar la plenitud hasta los 22, pues el cuerpo no está aún preparado. La edad ideal son los 28 años.

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El nuevo plan federativo es que no se pierdan generaciones de jóvenes, aunque ya en Atlanta volvieran a entrar muchos barcos en finales y existan valores, como Miguel García o Belén Sánchez, que aún pueden rendir.

Pero el mayor porvenir está en Fiz y Rodrigo, aunque este año sea un barco roto al salirse ya de categoría júnior el segundo. Tiebo, además, ha dejado el Centro de Alto Rendimiento de Pontevedra donde estaban ambos porque no le daba tiempo para estudiar. Se entrena a distancia en Cangas de Morrazo, donde vive con sus padres. "Sí, me daban toda clase de facilidades, pero es un año clave y quiero empezar fisioterapia. Cuando ya esté en la carrera será otra cosa, y aunque sé que será muy difícil intentaré que me vuelvan a llamar para el equipo nacional".

Fiz, hijo del técnico José Antonio Fernández, Mus, es un producto suyo. "Pero él me dio a elegir de porte", aclara. Es otro mérito de la gran escuela de Lugo, donde aún trabaja el medallista olímpico Misioné. El barco puede juntarse de nuevo, aunque Sydney quizá quede muy cerca. Como para Vicente Correa, bronce en C-1 -canoa- 1.000 metros, otro gallego. Son joyas para el 2004. Más opciones aún.

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