Orenga y Sellers: el abrazo del reencuentro

Sellers es un jugador caliente. Sus recursos bajo los tableros son la fuerza y el ardor que pone en cada acción. La fanaticada cacereña le adora. Cuando el pasado año fue apartado por indisciplina, la gente reclamó su regreso, y él pidió públicamente perdón. Mantiene una química agresiva con la grada que permanentemente agradece su entrega.Orenga es rocoso, autoritario y determinante. Un tipo duro y práctico, no suficientemente apreciado por la afición española pero valiosísimo para sus entrenadores. Sellers y Orenga son dos fuerzas de la naturaleza que ayer, en el ardor de un pa...

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Sellers es un jugador caliente. Sus recursos bajo los tableros son la fuerza y el ardor que pone en cada acción. La fanaticada cacereña le adora. Cuando el pasado año fue apartado por indisciplina, la gente reclamó su regreso, y él pidió públicamente perdón. Mantiene una química agresiva con la grada que permanentemente agradece su entrega.Orenga es rocoso, autoritario y determinante. Un tipo duro y práctico, no suficientemente apreciado por la afición española pero valiosísimo para sus entrenadores. Sellers y Orenga son dos fuerzas de la naturaleza que ayer, en el ardor de un partido de las estrellas, acabaron por el suelo, a guantazos, sin camisetas y con los colores subidos de tono en su interior por sus actitudes verduleras.

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Pero a Orenga y Sellers el público, tras la primera reacción, les comprendió. Los dos se fueron al vestuario avergonzados. Los dos volvieron de paisano y en medio de la cancha protagonizaron el abrazo del reencuentro. Porque ser pívot es un trabajo peligroso, lo que no quita nobleza.

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