TVE programa la última y premiada obra de Jim Henson a las seis de la mañana

Noctámbulos irrecuperables o infancia insomne. Es difícil saber a quién se dirige TVE al programar a las seis de la mañana, y a partir del próximo domingo, el estreno de Mitos griegos, secuela de la que fue la última gran creación de Jim Henson: el magnífico y sorprendente El cuentacuentos. Porta voces oficiales de TVE trasmitieron a este periódico la razón alegada por el programador: "No reúne la necesaria calidad para emitirla en mejor horario". En el Reino Unido recibió el máximo galardón televisivo a una producción infantil, el año de su estreno, 1991, en Channel Four. Los premios se repi...

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Noctámbulos irrecuperables o infancia insomne. Es difícil saber a quién se dirige TVE al programar a las seis de la mañana, y a partir del próximo domingo, el estreno de Mitos griegos, secuela de la que fue la última gran creación de Jim Henson: el magnífico y sorprendente El cuentacuentos. Porta voces oficiales de TVE trasmitieron a este periódico la razón alegada por el programador: "No reúne la necesaria calidad para emitirla en mejor horario". En el Reino Unido recibió el máximo galardón televisivo a una producción infantil, el año de su estreno, 1991, en Channel Four. Los premios se repitieron en varias televisiones europeas.

Es probablemente de uno de los pocos programas para niños que no tiene que defender su calidad. En 1989, TVE-1 le dio un espacio digno en la programación (19.00) a aquellos cuentos poblados por criaturas fabulosas que apelaban a la imaginación del niño. Era un buen horario para un Henson menos light y un equipo lleno de talento que devolvía al cuento tradicional su carga más maévola y sugerente. A las seis de la mañana, este Henson de Mitos griegos, que es la secuela de El cuentacuentos, se va a encontrar en cuadro.Y es una pena, porque no abunda en la barata producción infantil tal esfuerzo creativo. En la producción -premiada con los máximos galardones en todas las esquinas del mundo- está esa caja de Pandora, el Creature Shop de Henson, de las que han salido los más fantásticos bestiarios [El cristal oscuro, En el laberinto]; están los efectos especiales con más magia y sentido, y las más avanzadas técnicas de animación (animatrónica), así como excelentes guionistas y un puñado de actores de la cantera inglesa que comparten estrellato con inefables criaturas y horrendos monstruos.

El cuentacuentos recuperaba la tradición oral. Mitos griegos utiliza el mismo acercamiento para explorar la mitología clásica. Ambas comparten la figura del narrador que es en las dos el cuentacuentos: John Hurt, en la primera; Michael Gambon, en esta continuación. Y está también en esta segunda parte aquel perro desdeñoso y sardónico que iba puntuando los relatos encantados de las encantadoras y un poco sombrías historias que John Hurt desgranaba. El perro fue un hallazgo del taller de la Creature Shop, que aprovechó todo lo experimentado para las películas Cristal oscuro y En el laberinto, como el sistema de control remoto por ordenador.

Gambon, el malicioso narrador de Mitos griegos va a parar con su perro al ruinoso laberinto de Gnosos, donde desentierran cuatro emocionantes y cautivadoras historias. En la primera, con esa riqueza visual e inteligentes efectos especiales que se mantendrán en las que siguen, Teseo (David Morrissey), el héroe de Atica, se enfrenta al Minotauro. Henson vuelve a enfrentar a hombres y criaturas bestiales. En otra de ellas se recrea el mito de Perseo y la Gorgona, pretexto para que la fábrica de monstruos de Henson ponga toda la carne en el asador.Mitos griegos se estrenó en 1991 en Channel 4 británico, por las fechas en las que la rana Gustavo y Miss Piggy litigaban con Mickey Mouse. Jim Henson había muerto en mayo de 1990 dejando medio negociado un acuerdo con Disney, por el que esta compañía se hacía con los derechos de sus muñecos previo pago de una pequeña fortuna en dólares.Disney y los herederos de Henson sostuvieron litigios con la casa madre de Mickey por los términos de este acuerdo. De su riquísimo y codiciado imperio, que despegó en 1955 con aquella rana verde que se sacó literalmente de la manga [un abrigo viejo y dos medias bolas de pin-pon] y se convirtió en un icono universal, Henson se sintió especialmente orgullo de El cuentacuentos y su secuela. Llevó el arte de la animación a un punto de sofisticación técnica desconocido, pero sin olvidar nunca que éste sólo era un instrumento al servicio del arte mayor de contar historias.

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