GENTE

EL MATEMÁTICO DEL CIRCO

Luis Raluy Tomás, dueño del circo de tinte clásico Raluy, realizó ayer ante los medios de comunicación el número más espectacular de su carrera. Formado libremente en las teorías matemáticas entre gira y gira, Raluy demostró con un compás y una regla la posibilidad de trisectar un ángulo, una de las grandes cuestiones irresolubles de las llamadas ciencias exactas. Un carromato de principios de siglo fue el escenario elegido por Luis Raluy, hijo del famoso hombre cañón, para dividir un ángulo en tres partes iguales ante los atónitos periodistas. Ni Pitágoras consiguió d...

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Luis Raluy Tomás, dueño del circo de tinte clásico Raluy, realizó ayer ante los medios de comunicación el número más espectacular de su carrera. Formado libremente en las teorías matemáticas entre gira y gira, Raluy demostró con un compás y una regla la posibilidad de trisectar un ángulo, una de las grandes cuestiones irresolubles de las llamadas ciencias exactas. Un carromato de principios de siglo fue el escenario elegido por Luis Raluy, hijo del famoso hombre cañón, para dividir un ángulo en tres partes iguales ante los atónitos periodistas. Ni Pitágoras consiguió desentrañar esta cuestión que fue zanjada en 1837 y hasta la actualidad por el matemático Wantzel, quien aseveró la imposibilidad de la trisección de un ángulo con el compás y la regla. El matemático circense sin embargo, aseguró ayer en Erandio (Vizcaya) haberlo conseguido en sólo dos días. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida

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