Cartas al director

La televisión, algo serio

Me encuentro en Valladolid realizando los cursos de la cátedra de cine de la universidad y disfrutando de la compañía y complicidad de un centenar de locos por el cine. Pero sería feliz, sin duda, si existiese una cátedra de televisión similar en la que se escudriñase sobre todo la historia de este medio.Sería apasionante escuchar seminarios sobre las figuras de Chicho Ibáñez Serrador, el Jaime de Armiñán de la pequeña pantalla, o la evolución de las teleseries desde los orígenes del paseo de La Habana hasta la actualidad. Me gustaría devorar, con la misma fruición con la que se devoran en la ...

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Me encuentro en Valladolid realizando los cursos de la cátedra de cine de la universidad y disfrutando de la compañía y complicidad de un centenar de locos por el cine. Pero sería feliz, sin duda, si existiese una cátedra de televisión similar en la que se escudriñase sobre todo la historia de este medio.Sería apasionante escuchar seminarios sobre las figuras de Chicho Ibáñez Serrador, el Jaime de Armiñán de la pequeña pantalla, o la evolución de las teleseries desde los orígenes del paseo de La Habana hasta la actualidad. Me gustaría devorar, con la misma fruición con la que se devoran en la cátedra los primitivos trabajos de Bardem, los visionados de Cesta y puntos, de la primera aparición televisiva de Mercedes Milá en el Dos por dos, junto a Isabel Tenaille, del invento de Lolo Rico de Alba La casa del reloj, del Un, dos, tres de 1972.

Sería fantástico analizar en profundidad la trayectoria de figuras como las de José María íñigo, Fernando García Tola, Mario Beut o José Luis Pecker. A lo mejor, cuando la televisión cumpla cien años...-

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