La fiesta de las piraguas

HOMBRESEl piragüismo español comenzó la fiesta que se esperaba. Con algún petardo interno a destiempo, pero el resumen de las dos primeras jornadas en las dos distancias clásicas, 1.000 y 500 metros, no pudo ser mejor. Sólo falta que la traca final suponga alguna medalla entre un nivel general comparable al de los mejores países. Nunca había sucedido. Ayer, salvo el C-1 de José Manuel Crespo, el más flojo de todo el grupo (octavo en su serie de los 500 metros, tras ser quinto el martes en el kilómetro), España metió todos sus barcos en semifinales sin necesidad de recurrir...

HOMBRESEl piragüismo español comenzó la fiesta que se esperaba. Con algún petardo interno a destiempo, pero el resumen de las dos primeras jornadas en las dos distancias clásicas, 1.000 y 500 metros, no pudo ser mejor. Sólo falta que la traca final suponga alguna medalla entre un nivel general comparable al de los mejores países. Nunca había sucedido. Ayer, salvo el C-1 de José Manuel Crespo, el más flojo de todo el grupo (octavo en su serie de los 500 metros, tras ser quinto el martes en el kilómetro), España metió todos sus barcos en semifinales sin necesidad de recurrir a las repescas. El K-2 femenino de Izaskun Aramburu y Beatriz Manchón fue el más brillante, no sólo por su segundo puesto en la segunda serie, sino porque hizo el cuarto mejor tiempo de las tres pruebas iniciales. Se confirma que su opción es mayor que en los barcos individuales, donde hay "monstruos" que difícilmente pueden fallar.El K-4 femenino debe conseguir el pasaporte hoy en la semifinal sin ningún problema y aspirar al bronce igualmente. Para el K-4 masculino, en cambio, meterse en la final será ya un éxito. Como para Belén Sánchez, en K-1 500 metros. Mejor lo tiene, en principio, Agustín Calderón, un finalista en potencia, aunque alcanzar el podio parece complicado.

En 500 metros, el C-2 de Jose Alfredo Bea y el nacionalizado Oleg Shelestenko pueden también pasar a la final hoy en las semifinales de 1.000.