Tribuna:TOUR 96

El 'sprint' de Pruden

Como los corredores que tenían opciones ya tomaron la salida con el pensamiento de ganar la etapa, y como ya en los kilómetros iniciales hubo un par de cortes significativos, los primeros 75 kilómetros de la jornada los hicimos en sólo hora y media. No hace falta realizar cuentas. Fue una media de velocidad altísima. Nos arrastraron las locomotoras con que cuentan los equipos del TVM y del Telekom.No hubo forma de relajarse. Así que tocó un ritmo intenso por los contínuos repechos de la costa francesa del Atlántico. Luego llegó la llanura y con ella se ha neutralizado bastante la desaforada ma...

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Como los corredores que tenían opciones ya tomaron la salida con el pensamiento de ganar la etapa, y como ya en los kilómetros iniciales hubo un par de cortes significativos, los primeros 75 kilómetros de la jornada los hicimos en sólo hora y media. No hace falta realizar cuentas. Fue una media de velocidad altísima. Nos arrastraron las locomotoras con que cuentan los equipos del TVM y del Telekom.No hubo forma de relajarse. Así que tocó un ritmo intenso por los contínuos repechos de la costa francesa del Atlántico. Luego llegó la llanura y con ella se ha neutralizado bastante la desaforada marcha. Después de semejante media bajamos un tanto los pedales y nos dejamos llevar más tranquilos por los equipos de los sprinters, confiados en preparar el ataque en la línea de la meta. Además, hizo menos calor que el día anterior. El descenso de temperatura influyó para que la etapa también fuese menos sofocante que las disputadas en las jornadas precedentes.

En los kilómetros finales hemos ido muy tranquilos en el pelotón, incluso con tiempo para gastar bromas, como la que le hicimos a Pruden [Prudencio Induráin, hermano de Miguel). A falta de unos 30 kilómetros yo me acerqué a él todo serio y le dije: "¡Oye!, que pregunta Eusebio que qué tal vas de piernas, que si te encuentras bien porque hay que hacer lo que sea para ganar una etapa y tú te tienes que meter en el sprint".

Él se lo tragó y empezó a decir: "No, yo no, yo no, dile que yo no". Pero nosotros seguimos, y hasta su hermano Miguel, también serio, le dijo que tenía que meter el 11, aunque no lo llevaba puesto, y que a ver cómo lo hacía, cómo se comportaba.

Finalmente, tanto se lo dijimos que acabó metiéndose convencido en el sprint. Terminó en el puesto 12º pero bien que le dijo luego a Miguel: "No te creas, que si hubiera llevado el 11 otra cosa habría sido".

El que más anima a Pruden es su hermano. Miguel es el único que le motiva. Y el ver a Miguel de buen humor no es más que una buena señal. Pero ya le conocen, Miguel no cambia nunca.

Así estamos todos, esperando la contrarreloj, que será el último momento de esfuerzo fuerte. Son 62 kilómetros llanos, pero con muchos repechos. Aunque vaya a tope voy a perder tiempo. Pero eso no significa que pueda salir medio relajado. No es para ir tranquilo, no sea que por pasarme de tranquilo no calcule bien, me cierren el control y me manden para casa. Y eso sí que sería una pena la víspera de terminar mi primer Tour.

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