JAMÓN Y LONGEVIDAD

Toda la familia se preparó para el luto cuando a la abuela le diagnosticaron un tumor. Tenía 80 años. Pero Lucía Sánchez Arribas, nacida en la localidad abulense de Santa María del Arroyo el 25 de junio de 1890, cumplió ayer 106 años y lo celebró en compañía de su familia. Una buena naturaleza es el motivo, según su hija, Julia Díaz, de 71 años, que asegura que Lucía se conserva "muy bien, con una memoria extraordinaria". "Lucía lee el periódico, quiere saber las noticias y seguir la política". Y según confiesa su hija, la anciana destaca como un elemento para la longevidad "lo b...

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Toda la familia se preparó para el luto cuando a la abuela le diagnosticaron un tumor. Tenía 80 años. Pero Lucía Sánchez Arribas, nacida en la localidad abulense de Santa María del Arroyo el 25 de junio de 1890, cumplió ayer 106 años y lo celebró en compañía de su familia. Una buena naturaleza es el motivo, según su hija, Julia Díaz, de 71 años, que asegura que Lucía se conserva "muy bien, con una memoria extraordinaria". "Lucía lee el periódico, quiere saber las noticias y seguir la política". Y según confiesa su hija, la anciana destaca como un elemento para la longevidad "lo bien que se comía antes, cuando el jamón se curaba, y no ahora, que se come crudo". Lucía Sánchez Arribas, de padres también longevos, regentó en la localidad abulense de Padiernos hasta 1939 una tienda de comestibles, luego tuvo una huevería en la capital abulense, por lo que el trabajo, según su hija, también la ha ayudado a vivir muchos años. Mientras que su marido falleció en 1971, Lucía no ha estado en tratamiento médico nunca, salvo cuando, con 80 años, la observaron lo que creyeron un tumor en el estómago de origen cancerígeno, pero "que reventó y soltó por la boca", señala Julia.-

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